Mamá torturó y asesinó a su pequeñito de 6 años en ritual satánico

Colombia.- En un estremecedor caso que ha conmocionado a Colombia, se revela la espeluznante historia de Maximiliano, un niño de 6 años torturado hasta la muerte por su propia madre, Sandra Patricia, y su padrastro, Fabián Andrés, en un ritual satánico que duró dos días. El suceso ocurrió en octubre de 2022 en Cuturo Alto, Segovia, donde el culto satánico denominado Los Carneros utilizó muñecos vudú y libros de hechizos, según el testimonio del tribunal.

Rituales Macabros y Búsqueda de Oro: Detalles del Caso

Sandra Patricia y Fabián Andrés justificaron su brutal acto al tribunal de Antioquia, afirmando que al sacrificar a Maximiliano liberarían su espíritu de entidades malignas y descubrirían una supuesta tumba secreta con oro escondido.

El cuerpo del niño fue encontrado en una tumba oculta en su propio pueblo, evidenciando la horrenda realidad de este culto satánico. La abuela Dámaris Estela y su pareja Fabián Alberto, también miembros de Los Carneros, fueron arrestados en el transcurso de la investigación.

Culpables Declarados y Secta Revelada: Justicia en Marcha

Tras una audiencia el 4 de marzo, Sandra Patricia y Fabián Andrés fueron declarados culpables de tortura agravada, asesinato agravado y secuestro del pequeño Maximiliano.

La pareja ahora está bajo custodia, a la espera de su sentencia en una audiencia posterior. En un giro sorprendente, la abuela y Fabián Alberto fueron absueltos por el juez, dejando preguntas sobre el alcance de la secta Los Carneros y la participación de sus miembros.

Investigación Revela Horrores Ocultos

La desaparición de Maximiliano en septiembre de 2022 llevó a una intensa investigación. La madre inicialmente afirmó que su hijo había salido a comprar el desayuno pero nunca regresó. Sin embargo, la verdad se descubrió cuando la policía exploró la casa del niño y encontró evidencia de un culto satánico.

La habitación del padrastro estaba llena de objetos relacionados con prácticas ocultistas, incluyendo muñecos de trapo y frascos con animales muertos. Además, la familia creía que el niño tenía “demonios” que debían ser expulsados para asegurar el éxito en el negocio minero, revelando una conexión oscura entre la secta “Los Carneros” y sus actividades empresariales.