Estados Unidos.- El envejecimiento, un fenómeno intrínseco a la vida, ha sido objeto de investigación en busca de prácticas que puedan modularlo. Expertos, entre ellos David Sinclair de Harvard, sugieren hábitos como el ayuno intermitente y la reducción del consumo de azúcar como posibles formas de mantener un proceso de envejecimiento más lento y saludable.
El cerebro, conceptualizado como un músculo que requiere entrenamiento, puede beneficiarse de actividades que desafíen diversas habilidades, como verbales, numéricas, de estrategia y memoria. Se considera que esto puede contribuir a la preservación de las funciones cognitivas y al mantenimiento de la actividad cerebral.
La práctica regular de ejercicio, con un enfoque en el entrenamiento de fuerza, se destaca como crucial. No solo contribuye a la salud y funcionalidad del cuerpo, sino que también se sugiere que desempeña un papel importante en ralentizar el proceso de envejecimiento.
El sueño, con una duración recomendada de 7 a 9 horas por noche, se presenta como una variable clave para mitigar el envejecimiento biológico. La calidad del sueño, además de la cantidad, se reconoce como un factor importante en esta ecuación.
El monitoreo y cuidado de los niveles de azúcar en la sangre y la presión arterial son considerados aspectos cruciales para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y prevenir un envejecimiento acelerado.
Aunque el envejecimiento es intrínseco, la adopción de prácticas respaldadas por la evidencia científica puede contribuir a una vida más prolongada y saludable.
