Aerogeneradores son más amigables con las aves, que la industria del petróleo y gas

Estados Unidos.- Contrario a las preocupaciones comunes sobre los aerogeneradores y su impacto en las poblaciones de aves, un reciente análisis publicado en Environmental Science & Technology sugiere que estos dispositivos pueden ser más amigables con las especies avícolas en comparación con las infraestructuras de petróleo y gas.

El estudio, liderado por el economista Erik Katovich de la Universidad de Ginebra, utilizó datos del Christmas Bird Count para evaluar las tendencias de las poblaciones de aves en áreas con aerogeneradores recién construidos.

Sorprendentemente, no se encontró un impacto negativo discernible, incluso en aves más grandes como halcones y águilas, desafiando así las percepciones convencionales.

Creciente Capacidad de Energía Eólica en Estados Unidos

En los últimos veinte años, la capacidad de energía eólica en Estados Unidos ha experimentado un aumento significativo, pasando de 2.6 gigavatios en 2000 a 122 gigavatios en 2020.

A pesar de este crecimiento, el estudio de Katovich señala que el impacto de los aerogeneradores en las poblaciones de aves es insignificante en comparación con la disminución preocupante observada en áreas con nuevos pozos de petróleo y gas.

Este enfoque único en evaluar el impacto más amplio en las poblaciones de aves destaca la necesidad de considerar consecuencias ecológicas más amplias al abordar la transición hacia fuentes de energía renovable.

Disminución de Aves en Áreas de Perforación: Una Tendencia Alarmante

El análisis comparativo reveló una disminución promedio del 15% en el número de aves en áreas con nuevos pozos de gas, lo que sugiere que la perforación de petróleo y gas tiene un impacto más significativo en la vida silvestre que los aerogeneradores. Este declive se atribuye a factores como ruido, contaminación del aire y perturbaciones en hábitats cruciales para las aves. En “áreas importantes para las aves”, designadas por la National Audubon Society, la disminución alcanzó un preocupante 25%. A pesar de estos hallazgos, el estudio destaca una brecha en la cobertura mediática, subrayando la necesidad de una evaluación equitativa de las consecuencias ambientales al discutir diferentes fuentes de energía.

Con información de El Imparcial