La gobernadora Maru Campos ya dijo que sí habrá cambios en su gabinete, si bien, el asunto no ocurrirá en estos días, sí fue muy clara en decir que a los servidores públicos se les paga para hacer una chamba y si no pueden, pues que se vayan.
Aunque no dijo nombres, todo mundo sabe que entre los perfiles con un pie afuera está el de Sandra Elena Gutiérrez, la flamante secretaria de Educación que nunca dio una en el blanco.
Desde la salida de González Mocken quien al menos contaba con poca más experiencia para sacar a flote todas las broncas y para sofocar las manifestaciones del sector educativo, el trabajo de Sandra Elena dejó mucho qué desear, no sólo porque los zapatos le quedaron grandes, sino porque en todo momento su incapacidad terminó reflejada en manifestaciones a las puertas del Palacio de Gobierno.
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Otra funcionaria del estado que anda causando ruido, es la subsecretaria de Prevención de la Violencia, Rosy Gaytán quien se ha encargado de echarse al lomo muchos enemigos, la mayoría gratis.
Desde el incumplimiento de acuerdos y faltar a su propia palabra, la priista Rosy Gaytán se fue creando conflictos con la gente de casa, y es que, no sólo mantiene una pésima actitud con el personal, sino que otra gran parte de su equipo de “trabajo” lo integró con familiares o personas cercanas a ella, a quienes tiene como aviadores, mientras que la chamba que le corresponde a sus cercanos, se las exige a la plantilla de casa.
Esta situación mantiene un estado de tensión dentro de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, a lo que se suma su probable alcoholismo -comentan sus cercanos-, ya que según los propios trabajadores, comienza a notarse, pues afirman que Rosy Gaytán todo el día se la pasa echándose unos tragos, a tal grado que para la tarde se hace evidente su mal estado…
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El cinismo de Rosana Díaz es casi increíble, y es que a pesar de todo lo que ha pasado entorno a la tragedia en Acapulco, Guerrero, y a pesar de que López Obrador monopolizó la entrega de apoyos para pintarlos de Morena, la diputada se pone a vociferar que los guerrerenses están bien, gracias a la atención del presidente.
Lejos de abonar, Rosana Díaz sigue demostrando su incapacidad para ocupar la diputación local que le habrían regalado supuestamente por los favores que le hizo a Morena desde la conducción de un noticiero de Juárez.
Con esta actitud, un nulo trabajo legislativo, el hurto de las prerrogativas y partida legislativa, y haciendo el ridículo en cada oportunidad, seguramente no le será fácil llegar al Senado de la República.
