Chihuahua.- Tras soportar tres meses de desabasto de agua y enfrentar una serie de evasivas por parte de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS), los residentes del fraccionamiento Misión de Sisoguichi han alzado la voz y decidido llevar su indignación ante la opinión pública, denunciando la violación de su derecho humano al acceso al agua potable.
En medio de esta preocupante carestía, los afectados han levantado señalamientos contundentes. Sostienen que, a pesar de la falta de suministro, las facturas por el servicio llegan puntualmente a sus hogares, con algunos recibos superando los 600 pesos. Los vecinos aseguran que no se les ha instalado medidores de agua pese a que se ha insistido en ello, lo que significa que están siendo gravados injustamente por un servicio que ni siquiera reciben.
Ante esta situación, señalan que como respuesta se les indica que no cuentan con medidores, por lo que deben insistir con su solicitud pasados diez o quince días más, llegando así a juntar reclamos por casi tres años de insistencia.
La situación ha llegado al extremo de que los residentes se han visto forzados a solicitar camiones cisterna para abastecerse de agua. Sin embargo, lamentan que este recurso alternativo haya venido acompañado de maltrato por parte del personal de las empresas de suministro. Testigos presenciales afirman que han sido testigos de actitudes despectivas y trato déspota por parte de ciertos trabajadores.
Esta problemática no es exclusiva de Misión de Sisoguichi. En la cercana colonia 2 de Octubre, la situación es igualmente desesperante. La escasez de agua ha suscitado una oleada de descontento entre los habitantes, quienes expresan su frustración por no poder siquiera llenar sus recipientes para cubrir necesidades básicas como higiene personal, lavado de ropa y consumo humano.
La denuncia pública de estos lamentables episodios busca no solo poner de manifiesto la difícil situación que enfrentan los residentes de estas comunidades, sino también demandar una pronta y efectiva acción por parte de las autoridades competentes. El acceso al agua potable es un derecho fundamental consagrado en leyes internacionales y locales, y su vulneración no puede pasar desapercibida en una sociedad que busca el bienestar de todos sus ciudadanos.
Las voces de Misión de Sisoguichi y la colonia 2 de Octubre han hablado. Es imperativo que sus reclamos sean atendidos y que las soluciones adecuadas se implementen sin demora, garantizando el acceso equitativo a un recurso vital que no puede ser negado a ningún individuo.
