*Aumento al transporte público *Grosería a medios de comunicación *¿Y Yanko Durán Prieto?

Sin la presencia de Maru Campos, se aprobó y se publicó en el Periódico Oficial del Estado, el aumento a la tarifa del Transporte Público, la cual llegó hasta los 12 pesos para las rutas alimentadoras.

De esta manera, el Gobierno del Estado, los concesionarios y los representantes de los diferentes sectores de la sociedad que integran el Consejo Consultivo de Transporte, asentaron un duro golpe al bolsillo de los chihuahuenses de a pie, esos que diariamente usan el transporte urbano para trasladarse.

En la medida también se agregó la modernización de los camiones, pero históricamente eso se ha prometido y nunca se ha cumplido, así que seguramente en los próximos meses vamos a ver algunas unidades nuevas, pero hasta ahí llegará el “esfuerzo”.

Aunque los cambios de la Coordinación de Comunicación Social del Gobierno del Estado han sido positivos en comparación de cuando estaba Adriana Ruiz, hay detalles que siguen entorpeciendo la chamba de los comunicadores.

Ahora el asunto se dio en la Sala de Prensa en el Palacio de Gobierno, en donde se llevaría a cabo una rueda de prensa con el doctor Gumaro Barrios y en donde se generó una breve pero muy incómoda escena, cuando una de las colaboradoras de Comunicación Social, quitó a la fuerza a una reportera, sólo para abrir espacio a los funcionarios de la Secretaría de Salud.

El problema no es el hecho de que no hubiera espacio, sino la forma en que ocurrió el problema, peor aún, cuando en el mismo recinto existe una sala especial para las ruedas de prensa, la cual actualmente está siendo utilizada como una bodega de tiliches.

La consejera presidente del IEE, Yanko Durán Prieto, fue tragada por la tierra en las últimas semanas nadie sabe en donde puede estar, claro, salvo su familia con quien se la ha pasado todos estos días, sin avisar y sin dar la cara para absolutamente nada.

Mientras a nivel nacional surgen y surgen temas torales para la vida electoral del país, a Yanko Durán no parece preocuparle y ha puesto los pies en polvorosa de la oficina que preside y se ha olvidado de los asuntos que le competen.

Esto a pesar de que el 2024 es un año electoral y de muchas presiones para todos, pues no sólo se juegan algunos cargos de elección popular, sino que el destino de México será marcado por esta elección.

Nadie está en contra de que servidores públicos se tomen algunas vacaciones o recesos, pero seguramente estas no son las formas ni los tiempos para hacerlo; aunque sea hubiera dejado a algún encargado que pudiera brindar atención desde su despacho.