Lo que ya se veía venir, la flamante diputada del PRD, Yessenia Reyes, quien ha sido alcaldesa de Nuevo Casas Grandes por el PAN, abandonó su representación del partido del sol Azteca en el Congreso del Estado, para unirse al Grupo Parlamentario del PAN.
Esta canallada lo único que hace es dejar en una posición de sobrerrepresentación al blanquiazul, violentando a todas luces la Ley Electoral del Estado, sin embargo la Ley Orgánica del Congreso, permite este tipo de situación, que pueden ser impugnadas perfectamente por los otros partidos.
Recordemos que esta jugada que nadie se creyó, se orquestó dando por hecho que Acción Nacional obtendría 14 diputaciones, es decir, si se le permitía a Yessenia Reyes, ganar su distrito con esas siglas, automáticamente les quitaría una plurinominal, y como ya la tenía ganada, se le pidió que se registrara por el PRD, para no arruinarles la vía fácil, en este caso a Diana Pereda o a García Cantú.
No se equivocaron los que impugnaron la farsa, como Francisco Sánchez Villegas y Ana Lucía Baduy; finalmente es más perjudicado por la tranza, fue el parralense Amín Corral, quien perdió su espacio sólo por esa muchacha, que por cierto, aún es estudiante, es decir, pese a ser alcaldesa, no tiene toda una trayectoria marcada ni una preparación académica que la respalde.
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La bronca de las diputadas federales por Chihuahua se puso buena, pues la experimentada panista Ángeles Gutiérrez, salió a tribuna en San Lázaro con una lápida de utilería, con el nombre del secretario federal de Salud Jorge Alcocer, acusándolo del genocidio que la 4T está provocando con el mal manejo de la pandemia y los graves recortes presupuestales en materia de salud.
Lo que no pensó, fue en la reacción de los legisladores del partido en el poder, y es que de inmediato la senadora de Morena, Bertha Caraveo, se le fue a la yugular calificando la acción simbólica como una amenaza de muerte.
Por si fuera poco, no le tembló la mano para hacer referencia al genocidio interminable que provocó el presidente panista Felipe Calderón desde el 2007 y que ha cobrado cientos de miles de vidas por la guerra contra el narco, aunque en el gobierno de López ya van más muertos dolosos, y eso que va a la mitad de su gobierno.
Ahora los morenos aseguran que la “amenaza” de los diputados federales del PAN obedece a una misma línea de los emanados de ese partido, y que está manchada de sangre, así que no nos parezca extraño que comiencen las denuncias legales, que lo único que hacen es quitarle el tiempo a los empleados del Poder Judicial.
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¿Será que la Guardia Nacional se encontró un trébol de cuatro hojas? Porque ahora resulta que hasta de chiripa se encuentran los cargamentos, luego de que la Sedena, es decir, el Gobierno Federal, logró atrapar al famoso líder criminal “El Jaguar”.
Estos logros dejan mucho en qué pensar, pues durante el quinquenio de Corral, nomas no podían lograr nada, aún y cuando se hacían operativos por todos lados -según ellos- y en donde se les fugaban de las manos.
Incluso lo único que lograron las fuerzas federales, fue privar de la vida a la activista Yessica Silva y dejar gravemente herido a su esposo, Jaime Torre, pero nada contra los criminales.
Nomás cambió la administración estatal, llegó un nuevo fiscal, un nuevo titular de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, y se enrocaron los fiscales -menos Jorge Nava que está siendo buscado-, y comenzaron los decomisos, las detenciones y hasta las chiripas.
Esperemos que las acciones contra el crimen sigan presentando triunfos, pero que las autoridades federales y estatales vean más allá y se prevengan contra las respuestas criminales, pues finalmente somos los ciudadanos quienes vivimos la guerra de cerca.
