El gobernador Javier Corral no la pensó dos veces para poner pies en polvorosa una vez concluido su mandato, y es que el señor ya tiene reservado su pasaje para Madrid, a tan sólo ocho horas de dejar la silla de Palacio.
Los últimos perseguidores de Maru Campos, ya preparan sus trincheras para recibir las probaditas de su propio chocolate; Javier Corral, huirá como un vil ladronzuelo para España, Arturo Fuente Vélez, ya tramitó un amparo y Eduardo Fernández, se hace el enfermo.
Las denuncias en contra de los próximos ex funcionarios estatales vienen, y vienen con todo y por varios motivos, primeramente por el saqueo de las arcas, el pedir y pedir y pedir créditos y adelantos, para dejar comprometidos los recursos de los chihuahuenses para los próximos años.
El mal manejo de la pandemia que cobró miles de vidas, también es motivo de denuncia, así como el asesinato de la periodista Miroslava Breach, en donde de una u otra forma Corral está involucrado, de la muerte de activistas y de la masacre contra la familia LeBaron, en donde el actual gobierno fue totalmente omiso.
Todo esto se verá reflejado en varias carpetas de investigación abiertas en contra del hasta hoy, gobernador del estado, y algunos de su círculo cerrado.
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La salvación que busca Javier Corral, no es descabellada, pero sí complicada porque su gran error es tratar de negociar a pocos días de perder el poder, y es que fuentes cercanas al Palacio Nacional, confirmaron que el gober le ha insistido a López Obrador, que lo dejé ser cónsul en Madrid.
Aunque esto no significa que se le otorgue fuero como a los embajadores, sí le permite en su carácter de diplomático, poder solicitar asilo político y poder evadir por lo menos por los próximos tres años, la justicia chihuahuense.
Seguramente Maru Campos no iniciará su sexenio con una persecución tal y como lo hizo Corral, pero la espinita ahí la tiene y no se le va a olvidar las humillaciones y la intensa persecución, así que el próximo ex gobernador, deber ir buscando cuevas lejanas en donde se pueda esconder.
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Quien aún guarda esperanzas de poder quedarse en la administración, apelando a su constante actividad y a su lejanía sobre las vendetas contra la próxima gobernadora, es el secretario de Seguridad Pública Estatal, Emilio García Ruiz.
Muy tranquilo y confiado ha reiterado que su renuncia se presenta como un gesto de civilidad para dar atención al cambio de gobierno, sin embargo no deja de repetir que si el nuevo gobierno desea aprovechar su experiencia y darle continuidad a todo lo que medio se ha avanzado, pues estará con toda la disposición para seguir sirviendo a los chihuahuenses.
Aquí podemos hacer un paréntesis para resaltar que por lo menos Emilio García, sí activó a las fuerzas estatales en la zona occidente y en la región serrana, y por lo menos hizo algunos intentos de darle golpes duros a la delincuencia; por cierto, también ha sido honesto cuando anuncia sus fracasos… ¿le servirá a Maru Campos esa honestidad?
