Qué ha pasado realmente con la pobreza bajo el mandato de López Obrador

Foto: Tomada de El País

México.- La mejora en los indicadores de pobreza es uno de los argumentos centrales del Gobierno mexicano saliente para defender su gestión. Esta defensa se basa en la evolución de la pobreza durante su mandato, comparada no solo con el crítico año 2020, marcado por la pandemia, sino también con el inicio de su administración. En medio de la precampaña presidencial, la candidata que lidera las encuestas está enfocada en abanderar esta herencia. Sin embargo, para evaluar si ha habido realmente una mejora sustancial, es importante entender la complejidad de la medición de la pobreza y los diferentes factores que influyen en su evolución.

Medir la pobreza es una tarea compleja por varias razones. Primero, porque puede cambiar con el tiempo: una persona puede estar en situación de pobreza en un momento y no en otro. México realiza una encuesta cada dos años, la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), que indaga sobre ingresos y otros aspectos relacionados con la pobreza. Estos datos se depuran, limpian y procesan antes de su publicación, lo que introduce un retraso entre la recolección y el reporte. Actualmente, se dispone de datos hasta 2022, por lo que solo se puede analizar hasta esa fecha.

Un aspecto crucial para entender la medición de la pobreza es el concepto mismo: ¿quién es pobre y quién no? Una forma de definir la pobreza es identificar si una persona presenta dificultades para cubrir sus necesidades básicas. La ENIGH pregunta sobre una serie de carencias, como acceso a seguridad social, salud, educación, entre otras. Aunque el porcentaje de personas con al menos una carencia ha disminuido ligeramente, ha aumentado el número de quienes tienen tres o más carencias. La carencia más frecuente es la falta de acceso a la seguridad social, pero la que más ha crecido es la carencia en salud, pasando del 16% en 2018 al 39% en 2022, posiblemente relacionada con la reforma del sistema de salud público.

Otra forma de medir la pobreza es mediante el ingreso. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) define dos umbrales de ingresos para clasificar la pobreza: el primero indica una situación de vulnerabilidad moderada, y el segundo señala una privación monetaria severa. Si una persona está por debajo de ambos umbrales y también presenta al menos una carencia, se le considera en situación de pobreza. Con estos criterios, se ha observado una reducción en la proporción de personas en situación de pobreza entre 2018 y 2022, especialmente en la pobreza moderada, mientras que la pobreza extrema ha permanecido constante.

Sin embargo, medir la pobreza no es perfecto. Algunos estudios sugieren que la medición de ingresos en la ENIGH pudo haber mejorado en 2022, lo que podría explicar parte de la disminución en la pobreza, sugiriendo que quizás antes la pobreza estaba sobreestimada. De ser así, el descenso en la tasa de pobreza podría deberse tanto a un incremento real en los ingresos como a una mejor medición. Esto plantea interrogantes sobre la eficacia de las políticas gubernamentales para abordar la pobreza y su impacto real en la población más vulnerable.

En resumen, aunque los datos sugieren una mejora en la pobreza durante el mandato del Gobierno saliente, los métodos de medición y las fuentes de ingresos requieren una evaluación cuidadosa para comprender completamente el fenómeno. El próximo ciclo político podría ser un momento para reflexionar sobre el dilema entre resultados rápidos y un enfoque más focalizado para abordar eficazmente la pobreza, especialmente la pobreza extrema, que sigue siendo un desafío significativo en México.