SOMOS NUESTRA MEMORIA | Son unas manzanitas podridas

Foto: Pixabay

Por Boris González Ceja

Lupita no quiere a su padre al grado de odiarlo por lo que ha hecho. José odia a su madre porque simplemente es mala. La alienación parental puede ocurrir en la separación de los padres, y se observa cuando un hijo rechaza injustificadamente a uno de sus progenitores, inducido generalmente por el otro padre, sin justificación de abusos, considerándose un problema generado por las autoridades indolentes.

Como psicólogo siempre he observado que los niños son el síntoma de lo que pasa entre los padres, y psicológicamente esto tiene una potencia que vale la pena no perder de vista. Por ejemplo, he observado cómo padres analfabetas y que vienen de procesos familiares fracasados y con violencias de todo tipo, educan a sus hijos de manera exitosa, y también casos de padres que a pesar de tener todas las condiciones para triunfar, llegan a fracasar como padres de familia, por lo que la moneda está en el aire.

Los niños y adolescentes no son hombres chiquitos, son seres humanos en proceso de crecimiento y aunque aún no cuentan con capacidades de raciocinio como un adulto (y no deben de tenerlas), tienen derechos humanos completos, aunque sus ideas y pensamientos se encuentren en construcción, se encuentran formándose con el ejemplo de sus cuidadores.

El problema de la manipulación psicológica se da muchas veces en familias que tienen pobreza para comunicarse, con un nivel bajo de entendimiento de los problemas que se sucitan entre adultos y usan a los niños para lastimar al otro, usándolos y generando un sentimiento de rechazo, alienando al otro progenitor.

Los malos tratos contra los niños son el inicio de generaciones resentidas, que en términos generales funciona como un sistema educativo donde los abusos aparecen de manera velada, con un sentido hipócrita para solucionar problemas y haciendo comunidades sin valores vinculantes, algo en lo que los niños y adolescentes no tienen la culpa.

La escuela de la difamación ocurre justamente en familias donde no se ha enseñado a las personas a entender que sus dichos y actos tienen un límite, y el capricho es su principal arma para ganar denostando, generando una espiral donde el engaño es la regla y la verdad una excepción.

En nuestro consultorio atendemos todos los día a familiares que buscan ayuda para niñas, niños y adolescentes que sufren alienación parental, orientándoles de manera profesional y científica sobre los procesos para la protección de sus derechos humanos, y buscan soluciones en el consultorio virtual de psicología  https://psicologiaydesarrollocomunitario.com/consultorio/

En psicología llevamos casi 40 años investigando la alienación parental, evidenciando los abusos que se cometen por padres que muestran su peor cara, pero también mencionando las áreas de oportunidad de las instituciones que abonan a la bajeza de esos ataques simulados contra los niños.

El problema de la alienación parental pasa también por la actitud omisa de los diputados, que en vez de generar leyes como la que les proponemos de Crianza Positiva y Buen Trato, reducen la función legislativa a ser gestores tercermundistas, dejando los derechos de las infancias y las adolescencias en el olvido, sobre todo con casi 50 % de divorcios que se dan en estado de guerra y salpicando a sus hijos de miseria.

Como puede entenderse, los ambientes toxicos se generan por políticos rancios que siguen mantenidos en el poder, sin cambio generacional y sosteniendo prácticas podridas, como sus funcionarios de primer nivel que piensa que los niños son “manzanitas podridas”. De igual manera a nivel familiar, los padres y las madres tienen que entender que los divorcios son entre dos personas que decidieron juntarse y ahora que se separan, no tienen porque meter a niñas, niños o adolescentes, porque la vida los va a enjuiciar como adultos.

Causas y azares…

  • La política del IMSS Bienestar no llegará a buen termino con sus tratos en lo obscurito, lejos de los trabajadores y sin consenso con los pacientes, por lo que es de esperarse que esa seudopolitica pública llegue a profundizar el crimen de estado contra la salud de la población.
  • Mis colegas psicólogos me comparten que observan cómo muchos profesionistas y especialmente médicos usurpan sus funciones en temas de salud mental, con charlatanería por tener un posgrado en psicología y se autorizan a hablar como psicólogos: como si un cursito de farmacología le autorizaría a un contador a ser médico; algo que a sus autoridades les toca responder.
  • En días recientes un grupo de niños se escapó del DIF, donde las condiciones de abuso siguen persistiendo, algo que un funcionario de la Secretaria de Gobierno calificó como manzanitas podridas a los niños prófugos, que habla del nivel corriente de las autoridades para enfrentar los problemas de las y los niños.

Hasta la próxima, que si de algo soy rico es de perplejidades, y no de certezas.

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