Claudia Sheinbaum estará en la ciudad de Chihuahua y en Parral, en donde una bola de arrastrados que anteriormente apoyaban a Adán Augusto o a Ebrard, ahora le rendirán pleitesía a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Esta es ya la quinta vez que “la Claudia” pisa territorio chihuahuense tan sólo este año, y lo interesante de esta visita, es que vendrá acompañada de Mario Delgado y de siempre odiado Gerardo Fernández Noroña.
El encuentro será fugaz y privado, y aunque se espera que el de Parral sea un poco más abierto, también será de un breve momento.
Se sabe que ya se preparan grupos de manifestantes para hacerle notar algunos abusos y arbitrariedades de los representantes en Chihuahua de la 4T, como Juan Carlos Loera y Marcelino Gómez.
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La secretaria de Educación y Deporte, Sandra Elena Gutiérrez aseguró que la entrega de libros de texto en zonas como Guadalupe y Calvo, está controlada sin necesidad de la presencia de las fuerzas castrenses.
La realidad es otra, pues según los propios pobladores de comunidades como Baborigame, no sólo no han llegado los libros a las escuelas, sino que difícilmente llegan apoyos gubernamentales, pues los grupos criminales controlan todo lo que se mueve en la región.
Según fuentes de la propia Sedena, algunos vehículos con libros de texto han tenido que ser escoltados por elementos de la 42 zona militar, lo que desmiente los dichos de Sandra Elena Gutiérrez, quien desde que inició la bronca de los libros, nomás no ha dado una.
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Quien resultó ser la salvadora del gremio periodístico, es la diputada Georgina Bujanda o al menos eso parece, con la iniciativa que presentó en el Congreso del Estado, la cual busca incrementar las sanciones de servidores públicos que agredan a periodistas.
A la diputada panista alguien debería decirle que un comunicador agradece más una atención genuina que ese tipo de actos, que por cierto, vienen desde la administración de César Duarte.
No es secreto que algunos servidores públicos tiene una actitud déspota con los reporteros, incluso han llegado a levantarles la voz, colgado el teléfono y hasta intentar “ponerlos en la cruz” con sus patrones, lo que nunca les ha funcionado.
Pero en fin, se agradece las buenas intenciones, así que con “apoyos” como el de Bujanda Ríos o los de De la Rosa Hickerson, quien asegura que los reporteros viven en casas de cartón, ya no será necesario ninguna otra legislación en beneficio del gremio.
