Apoyará Japón a pescadores tras veto de China por vertido de agua radioactiva de Fukushima

Japón.- El Gobierno de Japón ha anunciado un paquete de ayudas por valor de 20 mil 700 millones de yenes (aproximadamente 130 millones de euros) destinado a la industria pesquera japonesa en respuesta al veto impuesto por China a productos marítimos japoneses debido al vertido de Fukushima. Esta medida, anunciada por el primer ministro japonés, Fumio Kishida, comprende una serie de acciones para revitalizar la industria, fortalecer el consumo interno, garantizar la producción sostenible de productos del mar, y mitigar el daño a la reputación de la pesca japonesa, además de fomentar las exportaciones a otros países.

Esta nueva inversión se suma a los 80 mil millones de yenes (unos 500 millones de euros) que el Gobierno ya había asignado para compensar a los pescadores por los “daños a su reputación” y para respaldar a la industria, en respuesta al vertido de agua contaminada desde la planta de Fukushima Daiichi al océano Pacífico. La medida china de suspender la importación de productos acuáticos japoneses, argumentando la preocupación por la contaminación radiactiva, se produjo tras el inicio del vertido el pasado 24 de agosto.

Disputa sobre el Veto y el Vertido de Agua Contaminada

Japón tiene la intención de presentar una protesta ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) en respuesta al veto de China. Tokio argumenta que este veto carece de fundamentos científicos, ya que el vertido de agua de Fukushima cumple con los estándares internacionales de seguridad en el sector de la energía nuclear y está siendo supervisado por expertos internacionales.

Sin embargo, los pescadores de Fukushima y otras regiones de Japón se oponen al vertido, argumentando que socavará la recuperación de una industria que todavía enfrenta estigmatización debido a la crisis nuclear desencadenada por el terremoto y el tsunami de 2011. El proceso de vertido se realizará a través de un túnel de un kilómetro de largo, y se utilizará el Sistema de Procesamiento Líquido Avanzado (ALPS) para filtrar los residuos radiactivos. Se estima que el vertido continuará durante aproximadamente 30 años, aunque el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) afirma que el impacto en las personas y el medio ambiente será “insignificante”.