El síntoma de hígado graso que puedes detectar al cepillarte los dientes

El hígado, ese órgano multifuncional que descompone alimentos, elimina toxinas y contribuye a más de 500 procesos vitales en nuestro cuerpo, puede revelar secretos sorprendentes sobre nuestra salud en lugares inesperados.

Un nuevo estudio ha encontrado una conexión inusual entre la salud bucal y el estado del hígado: las encías sangrantes durante el cepillado podrían indicar una enfermedad grave del hígado graso.

La enfermedad del hígado graso, caracterizada por la acumulación excesiva de grasa en este órgano, suele estar vinculada a factores como el sobrepeso y la falta de ejercicio. Si bien en sus etapas iniciales puede ser asintomática, con el tiempo puede evolucionar hacia condiciones más preocupantes, como la cirrosis.

La cirrosis, una cicatrización del hígado que ocurre después de años de daño, puede ser mortal y requiere un trasplante en casos graves.

Según el Sistema Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido, uno de los síntomas de la cirrosis es el sangrado de las encías al cepillarse los dientes.

Esto se debe a que el hígado dañado puede afectar la producción de proteínas necesarias para la coagulación de la sangre. A menudo, este síntoma pasa desapercibido, pero puede ser un indicio temprano de problemas hepáticos más graves.

La cirrosis no solo se manifiesta a través de las encías sangrantes. Hay una serie de signos a los que se debe prestar atención: fatiga, pérdida de apetito, debilidad, pérdida de peso, malestar, sensibilidad en el área del hígado y más.

Además, puede ocasionar cambios en la piel, ictericia, hinchazón en diversas áreas del cuerpo y afectar la función cognitiva.

La conexión entre las encías sangrantes y la enfermedad del hígado graso es una revelación intrigante. Esto subraya la importancia de abordar problemas en apariencia aislados, ya que podrían ser señales tempranas de problemas internos más serios.

Para reducir el riesgo de enfermedad del hígado graso, los médicos recomiendan mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente, seguir una dieta equilibrada y dejar de fumar. Estos hábitos no solo promueven la salud hepática, sino que también benefician al cuerpo en general.

Con información de Debate