Estados Unidos.- A pesar de las reiteradas negativas del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, el jefe de la oficina antidrogas del Departamento de Estado de Estados Unidos, Todd Robinson, ha afirmado que el fentanilo sí se fabrica en México y que la cooperación bilateral para frenar su tráfico es “muy buena” pero aún puede mejorar.
El fentanilo es un poderoso opioide sintético, cincuenta veces más fuerte que la morfina, que ha desencadenado una grave crisis de drogas en Estados Unidos. El año pasado, más de 70 mil personas murieron por sobredosis de esta sustancia. Según el Gobierno de Joe Biden, los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación producen el fentanilo en laboratorios clandestinos utilizando productos químicos y cosméticos que adquieren legalmente de China. Posteriormente, trafican y distribuyen la droga en territorio estadounidense.
Sin embargo, López Obrador ha negado en varias ocasiones que se produzca fentanilo en México, sosteniendo que la droga llega directamente desde China a Estados Unidos y que solo una pequeña parte pasa por México.
A pesar de estas diferencias, Todd Robinson aseguró que la cooperación entre ambos países es “muy buena” tanto a nivel técnico como político. Destacó el gesto del presidente mexicano en abril, cuando envió una carta a su homólogo chino, Xi Jinping, solicitando su apoyo en la lucha contra el fentanilo, un acto que Washington consideró “muy positivo”.
El diplomático también expresó que Estados Unidos desea que México intensifique sus esfuerzos para perseguir a los narcotraficantes, pero a la vez reconoció la responsabilidad de su país en frenar la demanda de drogas y desmantelar las redes de narcotráfico dentro de su territorio.
En cuanto a la cooperación con China, Robinson reconoció que es más complicada, ya que Pekín ha descartado participar en la coalición global contra el fentanilo que Estados Unidos lanzó junto a más de 70 países, incluyendo México. El funcionario estadounidense considera que China podría mejorar intercambiando información sobre los químicos que distribuye, garantizando un etiquetado adecuado de los productos y monitoreando a quienes los adquieren.
Por otro lado, Robinson advirtió que el combate al fentanilo no debe distraer la atención del problema de otras drogas, como la cocaína, que también representan un desafío significativo para Estados Unidos y otros países.
En cuanto al monitoreo de coca en Colombia, Estados Unidos dejó de hacerlo por satélite este año, pero el jefe antinarcóticos aseguró que se trata de una pausa temporal y que se espera retomarlo el próximo año. Además, el Departamento de Estado sigue monitoreando los cultivos de coca mediante el informe anual de la ONU sobre el tema.
La lucha contra las drogas sigue siendo un desafío complejo y requiere la colaboración de diferentes países para abordar de manera efectiva tanto la producción como la demanda de sustancias ilegales. La crisis del fentanilo y la producción de esta peligrosa droga en México son temas que seguirán siendo motivo de preocupación y debate en la agenda de ambas naciones.
