Dicen que los diamantes son los mejores amigos de las mujeres, por eso te sorprenderá saber que hay planetas en donde caen del cielo, en forma de lluvia. Y la NASA lo ha confirmado.
Aunque parece una película de ciencia ficción, en realidad hay algunos planetas del Sistema Solar en donde la lluvia en lugar de ser agua, esta compuesta literalmente por diamantes. Sí, leíste bien.
Durante la mayor parte de la historia de la humanidad esta idea ni siquiera pasaba por la cabeza de las personas. Sin embargo, hasta hace relativamente poco tiempo en redes sociales comenzaron a surgir muchas teorías y especulaciones sobre está realidad que parece increíble.
Ahora, la ciencia ha sido capaz de demostrarlo, a su modo, de una manera más o menos direca, pero tangible. Este curioso fenómeno es exclusivo de un par de astros que no están muy cerca de nuestro planeta Tierra.
Es importante señalar que la lluvia de diamantes, es un fenómeno que se produce en los planetas gigantes de hielo, como lo son Urano y Neptuno. Ya que en ellos, las temperaturas y las presiones suelen ser tan elevadas que el carbono se fusiona para formar diamantes.
Aquí, las corrientes de convección jugarían un papel crítico para hacer joyas que lleguen a la superficie y de ahí se precipiten en forma de lluvia.
De hecho, lo que ahora es una certeza, esta idea de que llovieran diamantes en los planetas gigantes de hielo en realidad se planteó por primera vez desde hace casi cuatro décadas, sin que se haya podido demostrar nada hasta el año 2017, cuando un equipo de científicos alemanes y estadounidense pudieron confirmar dicha teoría.
Y tal como lo aseguraron en PHYS.ORG para poder comprobarlo los investigadores usaron un modelo informático para simular las condiciones en el núcleo de Urano y Neptuno, dejando claro que las condiciones del clima y demás factores resultaban ser las ideales para la formación de diamantes.
Por otro lado, el podcast de la NASA habló sobre este mismo tema en uno de sus episodios más recientes. En él, la astrofísica Naomi Rowe-Gurney explicó a mayor profundidad el estado actual de la concepción teórica de este concepto:
Dentro del planeta, cuando hace mucho calor y es muy denso, estos diamantes se forman y acumulan, y luego se vuelven aún más pesados. Y eso significa que llueven en la atmósfera
“Pero no es la lluvia lo que vemos aquí porque estas presiones son extremas, y nunca podrás llegar allí como ser humano. Entonces, incluso si estos diamantes existen, nunca podríamos ir y agarrarlos”, continuó el relato.
Al final, las piedras preciosas caen a causa de los intensos vientos del planeta, de tal manera que la lluvia de diamantes es toda una realidad allá.
Con información de En Pareja
