Estadunidense de 42 años descubre que fue robado cuando era bebé; su familia vive en Chile

Chile experimentó múltiples atropellos a los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet, entre ellos la adopción irregular de niños. Recientemente, una de las personas robadas de su familia biológica contó su experiencia al enterarse del modo en que llegó a Estados Unidos.

Scott Lieberman hizo su vida en San Francisco, pero a sus 42 años descubrió que fue robado al nacer y decidió encontrarse con su familia biológica. Durante la investigación se encontró con que muchos de los hospitales que se prestaron a dicha práctica ya fueron cerrados.

La cifra de bebés robados durante la dictadura puede ascender a miles, ya que en su momento hubo monjas, médicos y enfermeras cómplices de tal práctica. Las autoridades de Chile han informado que muchos niños fueron cambiados de familia durante ese periodo.

¿Cómo supo que fue robado?

Lieberman es originario de Cañete, y nació en 1979, fue sustraído de su madre porque ésta era soltera y de bajos recursos cuando lo tuvo, de acuerdo con su hermana mayor. Su familia era campesina, y fue engañada para dar al pequeño.

Una monja convenció a la mujer para dar en adopción a su hijo, y la puso en contacto con una trabajadora social que apresuró el proceso. De modo que cuando nació, apenas pudo convivir unos minutos con él, porque fueron separados casi de inmediato.

Cuando la madre preguntó por su descendencia fue amenazada, y la trabajadora social asumió la custodia.

“Tu hijo está ahora en Holanda o Suecia. Está en otro país. Eres una mujer pobre y soltera, y no eres capaz de criar a otro niño. De todas formas, renunciaste a la patria potestad”, fueron las palabras que recibió como respuesta, según da cuenta CNN.

El niño fue trasladado a Estados Unidos, donde fue adoptado “legalmente”, sin que sus padres supieran su procedencia exacta. Al crecer se enteró de la dinámica de adopciones durante la dictadura e investigó a fondo para conocer su procedencia exacta.

Así dio con la asociación Nos Buscamos, cuya misión particular es reunir familias separadas como el caso de Scott. Gracias a eso pudo contactar a su hermana biológica, quien le contó la historia completa.

Lieberman no pudo conocer a su madre, porque ella murió de cáncer en los huesos en el año 2015, a la edad de 58.

“Ella sabía que yo existía. Hay otras madres a las que les dijeron que sus hijos habían nacido muertos. No saben que sus hijos podrían seguir vivos en otro país”, declaró Scot al medio estadunidense.

Durante su estancia en Chile visitó la tumba de su madre, y reflexionó sobre lo afortunado que fue al encontrar a su familia, porque la mayoría de las personas no cuenta con la misma suerte.

Con información de Milenio