Un recluso que se encontraba en “el corredor de la muerte” de Tennessee, usó una navaja que tenía oculta para cortarse el pene después de cortarse las muñecas y pedir que lo pusieran bajo vigilancia suicida, dijo su abogado.
Henry Eugene Hodges, estaba en el corredor de la muerte por el asesinato de un reparador de teléfonos en 1990; a principios de este mes tuvo el colapso empapado de sangre por un paquete de alimentos. El personal de la prisión se negó a permitirle tener el paquete especial porque le faltaba un mes para cumplir los seis meses requeridos de conducta clara, dijo su abogada Kelley Henry.
Para evitar que untara heces alrededor de su celda, un oficial penitenciario decidió dejar de alimentarlo, lo que llevó a Hodges a cortarse las venas con la navaja oculta en la Institución de Máxima Seguridad de Riverbend en Nashville, dijo.
Hodges luego pidió que lo pusieran bajo vigilancia suicida en la enfermería, dijo el abogado. Sin embargo, un oficial de “alto rango” le dijo a la persona que trataba a Hodges que los estaba manipulando y que podría ser puesto bajo vigilancia suicida cuando regresara a su celda, donde luego se cortó el pene, dijo Henry.
Después de que le volvieran a unir el pene en un hospital, Hodges fue enviado de vuelta al centro de detención, donde fue inmovilizado y confinado a un colchón delgado sobre un bloque de concreto, dijo. Aunque inicialmente lo sujetaron con cuatro puntos de sujeción, pudo quitar una mano y arrancarse el catéter, por lo que lo sujetaron con seis puntos de sujeción, dijo Henry a la AP.