Chihuahua.- El día de ayer se dio a conocer el retroceso del semáforo Covid-19 en Chihuahua debido al aumento de casos tanto en muertes como en contagios; este retroceso al “rojo” trajo consigo el cierre de negocios no indispensables y, con ello, importantes sanciones a quienes transgredan las indicaciones dadas por el Gobierno del Estado.
La baja actividad económica ha propiciado en el Estado la banca rota y cierre definitivo de gimnasios, tiendas, centros nocturnos, bares y salones de eventos. Asimismo, propietarios de negocios que se han negado al cierre temporal de sus empresas, han expuesto la integridad de sus empleados y clientes.
De manera anónima, se han efectuado ante este medio diversas denuncias, entre las que figuran los nombres de dos grandes compañías; Alsuper y Liverpool.
Empleados de ambas cadenas, denuncian que tras las puertas de estos negocios, son los colaboradores quienes exponen su integridad al verse obligados al laborar bajo mínimas medidas sanitarias, ya sea por negligencia, indiferencia o necesidad.
Una fuente en el interior de Liverpool, dio a conocer que la empresa pide a sus empleados asistir al establecimiento pese a que este se encuentra cerrado al público. Muchos de estos trabajadores obtienen ganancias por comisión, lo que implica solo pérdida para los bolsillos de los vendedores, quienes deben pagar diariamente gastos de traslado, gasolina y alimento, siendo insuficiente, o nulo, el pago que la compañía les proporciona.
Las ventas, dicen, unicamente se efectúan por medio de internet, y los empleados son los encargados de entregar a los clientes su mercancía. Con esta medida, la empresa buscaría mantenerse “a flote”, y con ello, se evitaría el despido de cientos de colaboradores que se verían sin empleo si tuvieran que cerrar debido a una bancarrota. El costo, sin embargo, sería la vida o salud de sus trabajadores; vemos en este caso, que tanto empresa como trabajadores, están entre la espada y la pared.
Por otro lado, se ha denunciado que en la sucursal de Alsuper Chihuahua 2000, existen varios contagios entre el personal, no obstante, afirman los quejosos, la empresa se niega a realizar pruebas a sus colaboradores o a desinfectar la tienda pese al riesgo.
Empleados entrevistados por un reportero encubierto, se dicen nerviosos y temer por su integridad ante la negativa de la cadena de llamar a un filtro sanitario pese a los contagios.
En éste último caso, existen factores similares a los expuestos al de la tienda Liverpool; el cierre del supermercado implicaría recorte de personal, no obstante, al ser un lugar abierto al público en general, el riesgo se extiende a sus clientes.
Apenas durante el mes de septiembre, se dio a conocer que han sido cerrados al menos 80 gimnasios en todo el estado, siendo este otro rubro uno de los más afectados.
El avance a semáforo amarillo, significó un respiro a los propietarios de estos negocios, quienes en su mayoría son además instructores o entrenadores que atienden el lugar. Sin embargo, al volver a la luz roja del semáforo Covid, es innegable que seguirán sumándose los negocios en quiebra, y con ello, el número de familias sin un sustento.
