Impacto mortal del consumo de bebidas azucaradas; refrescos light no son opción

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México.- Un estudio alarmante revela que más de 40 mil muertes al año en México están vinculadas al consumo de bebidas azucaradas, representando el siete por ciento de todas las muertes de adultos mayores de 20 años en el país. Este hábito está estrechamente asociado con enfermedades graves como obesidad, diabetes, hipertensión y problemas cardíacos, además de afectar negativamente la salud bucal y aumentar el riesgo de cáncer.

Un análisis global realizado en 2023 muestra que México lidera el consumo de bebidas azucaradas, con un promedio semanal de 8.9 porciones por persona, seguido por otros países como Etiopía y Estados Unidos. Además, se observa una mayor ingesta entre hombres, jóvenes y residentes urbanos, subrayando la necesidad de abordar este problema de salud pública de manera integral.

Riesgos Asociados con las Alternativas “Light”

Las bebidas light, promocionadas como alternativas más saludables, contienen edulcorantes sintéticos que, según estudios recientes, pueden tener efectos adversos a largo plazo, como un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja su uso como estrategia para controlar el peso o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles.

El agua potable es esencial para una buena salud, participando en funciones vitales del organismo y contribuyendo a mantener un peso saludable. El consumo insuficiente de agua puede llevar a la deshidratación, con efectos negativos en la salud física y mental. Además, el agua es una opción sostenible y amigable con el medio ambiente, en comparación con las bebidas azucaradas que generan residuos plásticos y consumen recursos naturales de manera excesiva.

Hacia un Cambio de Hábitos y Políticas Públicas

Es imperativo adoptar medidas más enérgicas para reducir el consumo de bebidas azucaradas, incluyendo políticas de etiquetado claro, impuestos especiales y regulaciones más estrictas sobre su venta, especialmente en entornos escolares.

La conciencia pública sobre los riesgos asociados con estas bebidas y el fomento de hábitos de vida saludables son pasos fundamentales para proteger la salud de la población y preservar el medio ambiente para las generaciones futuras.

Con información de El Economista