México.- En la previa del Super Bowl, el aguacate mexicano, usual protagonista de la celebración, enfrenta un desafío inesperado.
Seis senadores estadounidenses, incluyendo demócratas como Peter Welch y Tim Kaine, han firmado una carta dirigida a altos funcionarios, expresando preocupación por las “consecuencias devastadoras” del comercio de aguacates con México.
Acusan que el aguacate cultivado en México proviene de terrenos deforestados, con un uso irracional del agua y señalan denuncias de comunidades indígenas que sufren violencia en relación con esta actividad.
Propuesta de Bloqueo y Denuncia de Prácticas Ambientales
Los senadores proponen negar los permisos de exportación del aguacate mexicano y evitar su venta en el mercado estadounidense.
Argumentan que esto reduciría significativamente el incentivo económico para la deforestación y los ataques a personas que defienden los bosques.
Citando informes de Climate Rights International y The New York Times, denuncian la tala ilegal de bosques en México para la siembra de aguacate, especialmente en los estados exportadores como Michoacán y Jalisco.
Piden que se certifique que la tierra no fue deforestada ilegalmente y exigen un informe en 45 días para prevenir la importación de aguacates vinculados con deforestación, uso insostenible del agua y violencia.
Enfrentamiento Ambiental en el Comercio Bilateral
La crítica de los senadores estadounidenses se suma a la tensión ambiental en el comercio bilateral. Aunque hay un plan de trabajo entre ambos países para supervisar la siembra de aguacate, los legisladores enfocan la atención en el impacto ambiental y social.
México, que proporciona el 80% de los aguacates consumidos en Estados Unidos, enfrenta la amenaza de restricciones comerciales que podrían afectar sus exportaciones anuales de 3 mil millones de dólares. Este conflicto destaca la creciente importancia de la sostenibilidad en el comercio internacional y plantea desafíos para la industria del aguacate en México.
