Este domingo estuvo Cruz Pérez Cuellar en Chihuahua en donde encabezó un desayuno con líderes morenistas de todo el estado, para ir midiendo músculo y saber cuáles serán sus mejores piezas para ofrecer como apoyo a Claudia Sheinbaum.
Aunque la convocatoria fue para cerca de 400 personas, el salón Sunión del Hotel Mirador, al que le caben 800 almas, no dio abasto, y tuvieron que abrir otros dos salones para meter otras 300 personas que venían a mostrar su apoyo al alcalde juarense y al proyecto 4T.
Pese a que esta cifra podría sonar alentadora, no se puede ignorar el hecho de que muchos de ellos fueron desde muy temprano, para tratar de reventar la reunión guinda, todos estos morenistas, son del ala radical y quienes se autonombran como fundadores del movimiento, están enojados porque hay en las filas de Morena varios oportunistas y traidores, como el ex alcalde Marco Quezada, hasta dicen que es proveedor del municipio de Ciudad Juárez con una empresa fantasma que opera junto con Neil Pérez Campos, y que, dicen, al parecer facturan muy bien…
Los inconformes iban dirigidos por la conocida pero muy polémica Luz María, cercana a la gente de Martín Chaparro y compañía.
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Dicen que el diputado Oscar Castrejón utilizó a un montón de niños de una primaria para ir a gritonear al Palacio de Gobierno.
Aprovechándose de un enajenado maestro de la escuela Emiliano Zapata, a quien se le identificó como Jesús Trujillo, se llevaron a los menores con engaños, pues los permisos de sus padres decían que iban a una visita al Palacio de Gobierno, pero las verdaderas intenciones, eran las de ir a gritar barbaridades contra Maru Campos en relación a los libros de texto.
Cómo una muestra de cinismo, tanto el profesor como el diputado, dijeron que los niños fueron a conocer el recinto, y que de los propios niños habría nacido el reclamo y los gritos contra la gobernadora, pero esto lo dijeron justo frente a las cámaras de los reporteros, en donde quedó totalmente plasmado que eran ellos mismos quienes iniciaban el escándalo y luego pedían a los inocentes estudiantes que los siguieren en el barullo, el cual no tuvo eco, pues en ese momento el Palacio estaba prácticamente sólo.
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La multa de un millón que Marco Bonilla le puso a Natanael Cano por venir a cantar narco corridos a pesar de la prohibición, ha dejado ver que la administración municipal está usando el reglamento para llenarse de lana.
La gente pensante se pregunta ¿cómo es que siguen otorgando permisos a narco cantantes, aún y cuando existe una prohibición?
La respuesta no es para genios, pues si tan sólo con ir a La Liber, a hacer el mandado o a cualquier lugar público, se escucha a la gente decir que la medida es un círculo bastante ventajoso y contradictorio para las autoridades.
Por un lado, implementan una prohibición, luego dan permisos para quienes son expertos en lo prohibido, y luego aplicas multas, las cuales son pagadas con mucho gusto, pues los artistas se llevan decenas de millones mientras pagan una ridícula cuota en forma de multa.
