La comunidad del municipio de Protección Santa Bárbara en Honduras está sorprendida por un caso que ha sido catalogado como insólito, pues un niño que fue reportado como fallecido en sábado y enterrado en domingo, estaba vivo y su llanto permitió que campesinos notaran que el bebé había sido sepultado con vida.
Luego del entierro el domingo, esa tarde campesinos escucharon el llanto de un bebé en la zona; no fue sino hasta días después que se pudo localizar a los familiares del menor, de apenas tres meses de nacido. Hasta la mañana del jueves se abrió la tumba y luego el féretro y se encontró al bebé.
odo indicaba que estaba con vida, es decir, no había mal olor, parecía respirar y tenía un buen color de piel; así que los padres procedieron a llevarlo a un centro médico cercano, donde doctores confirmaron que el bebé seguía con vida y ahora se reporta estable y fuera de peligro.
Lo llaman un milagro
Todo respecto al caso, respeto a este bebé, tiene sorprendidas a las personas, ya que por ejemplo, la madre dice que ella no podía concebir y aluden las oraciones a su fe cristiana evangélica como el motivo por el que de pronto las cosas cambiaron y ella quedó inesperadamente embarazada.
Apenas recién nacido, el bebé comenzó a presentar problemas de salud y a tener fiebres muy altas, hasta que un día se le dio por muerto. Los médicos ahora están investigando qué sucedió realmente, qué pasó que se le declaró como fallecido, cuando no lo estaba.
“No pasa seguido (casos como este) el hecho puede ser cuando una persona no se da debidamente la acta de fallecimiento. Cada día han ido desapareciendo estos casos, porque ya hay los estudios científicos, las autopsias y todas las técnicas que hay para manejar la necropsia. La vida o muerte de una persona está cada día es más científico”, comentó el psiquiatra Javier Uclés a los medios locales.
Casos aislados
“Un montón de veces que se cometen errores y a veces eso afecta mucho a la persona, la familia y a la comunidad, habiendo malas interpretaciones”, añade Uclés, abriendo la posibilidad de que la familia ni siquiera haya conseguido un acta de defunción o una evaluación médica y simplemente haya dado al bebé por muerto y procedido a enterrarlo.
Se sabe que un bebé puede pasar hasta 48 horas sin tomar líquidos; además, puede padecer o haber padecido una enfermedad que provocó que pareciera que había muerto, pero sin la revisión médica de profesionales, no se supo a tiempo que sólo era enfermedad, no fallecimiento.
El diario local La Prensa, por ejemplo, señala que expertos consideran que el bebé pudo padecer catalepsia, un trastorno neurológico en que hay rigidez muscular; esto puede durar de minutos a horas y el cuerpo no responde a estímulos externos en ese lapso de tiempo.
Con información de Soy Carmin
