Lilly Téllez: el cuerpo de Paulette no estaba en su cuarto

La senadora, quien hace 10 años cubrió el tema como reportera, recuerda lo que pensó al salir del departamento.

Aquí hay gato encerrado”, recuerda Lilly Téllez que pensó al salir del departamento de la familia Gebara Farah. A 10 años de distancia, la actual senadora reafirma su postura: El cuerpo de Paulette no estaba en su cuarto y la investigación fue irregular.

Téllez, quien como periodista dio cobertura a la búsqueda y posterior hallazgo de Paulette Gebara Farah en el Estado de México, asegura que desde que acudió al departamento para entrevistar a la madre de la niña percibió que algo extraño sucedía.

“Evidentemente no estaba ahí la niña, y yo me dediqué, una vez que encontraron el cadáver ahí, me di a la tarea de señalarlo una y otra vez, infinidad de veces, ahí no estaba el cuerpo de Paulette”, sostiene la legisladora.

La entrevista realizada con Lizette Farah en el cuarto de Paulette es una de las escenas clave recreadas por Netflix en la miniserie “Historia de un crimen: La búsqueda”, estrenada el 12 de junio y que ayer se colocaba como el contenido más visto en México en la plataforma.

El estreno de la serie de seis capítulos puso de nuevo el caso Paulette en la conversación pública; la propia Lilly Téllez compartió en sus redes sociales dos columnas periodísticas -una de 2010 y otra de 2016-, en las que defiende su versión de los hechos. A continuación la entrevista con la hoy senadora.

El caso Paulette está en la memoria del País por todas las irregularidades en el proceso de investigación, el drama y el resultado. ¿Cómo lo recuerda, 10 años después

LT: Como uno de los peores casos de impunidad, como un ejemplo de la falta de Estado de Derecho en nuestro País. Y como un ejemplo también de la falta de justicia en este País.

Como periodista, ¿cómo fue su acercamiento con el caso de la desaparición de esta niña, y por qué asegura que el cuerpo no estaba en su cama?

LT: Fui a hacer la entrevista como un servicio social para ayudar a buscar a una niña desaparecida. Me enteré y vi que era una familia que necesitaba ayuda, y como lo he hecho en otras ocasiones en mi vida, buscar cooperar con el medio de comunicación para buscar a un menor extraviado, pues fui en ese sentido.

Una vez que vi cómo estaba el manejo de toda esta problemática en la casa, una vez hecha la entrevista, y del tiempo que me quedé ahí después, me imaginé que había gato encerrado, vi cosas muy raras.

¿Desde ese primer contacto notó algo extraño?

LT: Cuando le planteé lo de la entrevista a los papás, la mamá me dijo ‘sí, hacemos la entrevista donde tú digas’, y el papá me dijo ‘no… entrevista, yo no, yo tengo que cuidar mi imagen’. En ese momento ya me di cuenta de que algo estaba mal. Porque en mi experiencia, cuando en nuestro País se pierde un niño, los padres buscan todas las entrevistas posibles para encontrar a su criatura.

Ahora, el cuerpo de la niña no estaba ahí, yo estuve en esa habitación como una hora. Estuvimos a puerta cerrada su mamá, el camarógrafo y yo. La habitación no era muy grande.

La habitación no estaba con una temperatura tan fría como para que un cadáver no expidiera olor.

Como periodista de investigación que conoció este caso de cerca, por las entrevistas y por haber estado en el lugar de los hechos, ¿cuáles líneas o aspectos faltaron por investigar o profundizar más a la autoridad?

LT: Todo, todo estuvo mal hecho. Una niña que aparece días después metida en el mismo lugar… Todo estuvo mal hecho. Ese caso se tendría que reabrir por completo.

En el primer texto que escribí sobre esto, mi último párrafo fue que ojalá no crucificaran a un chivo expiatorio para arropar la precandidatura a la Presidencia de la República, como sucedió con el caso Samuel del Villar hace 20 años.

Y lo que significa esa oración que dejé en ese texto de hace 10 años es que ojalá no crucifiquen a cualquiera, a un inocente, para cuidar lo que se veía que iba a ser la candidatura del gobernador del Estado de México, que era Peña Nieto, a la Presidencia de la República. Y fue lo que hicieron.

En una de sus columnas planteó el papel que tuvo Alfredo Castillo como subprocurador en este caso, ¿qué responsabilidades tiene y por qué?

LT: Todas, porque le dieron a él el caso para que armara el caso a conveniencia de Peña Nieto.

Ha dicho que nunca fue citada a declarar, ¿a qué lo atribuye?

LT: Mi vivencia, lo que me consta es que el cuerpo no estaba ahí. Lo que decía era contrario a lo que decían las autoridades, que en una forma burda cortaron la luz de todo el edificio y a las horas de haber cortado la luz apareció el cuerpo de Paulette. Cortaron la luz del edificio para poder meter el cuerpo de Paulette ahí.

No me citaron las autoridades, habiendo sido un testigo que estuve en ese cuarto, mi versión de los hechos pues no les convenía. Quiero decir, con el asunto de Paulette yo tuve garrote, no zanahoria.

¿Hay posibilidades de que el caso sea reabierto?

LT: No lo sé, en términos legales ignoro si pudiera ser… No soy abogada, no lo sé, habría que consultarlo con un abogado.

¿Debería reabrirse, de ser posible?
LT: En mi opinión, sí. Sí, ¿cómo no?, porque quedó en la impunidad. Quiero decir, el asesino o los asesinos de Paulette están libres.

¿Ya vio la serie sobre Paulette, “Historia de un crimen”?

LT: Yo no he visto la serie, pero me han comentado algunas cosas que no son reales. La primera: Yo no recibí un programa de televisión a cambio de dejar de hablar de Paulette. En primer lugar, yo no hago ese tipo de negociaciones y en la empresa, en TV Azteca no se hacen ese tipo de negociaciones. En segundo lugar, yo tenía programa de televisión. Luego, también en esa serie, me han comentado que dicen que hablé con el ex secretario Miranda, eso es falso; dicen que también hablé con el supuesto amante de la mamá, es falso.

Y me dicen que ahí ella, la periodista, usa una grosería que aunque a veces sí yo digo malas palabras, en particular esa mala palabra nunca la digo, pero eso es sólo un detalle de color.

Entiendo que el personaje está inspirado en la entrevista que hice y algunas otras cosas, pero pues no se apega exactamente a la realidad, porque no es un documental, es una ficción sobre hechos reales.

Cuando sucedió lo de Paulette, era gobernador del Estado de México Enrique Peña Nieto. El papá de la niña y el abuelo paterno de la niña tenían relación con el gobernador Peña Nieto.

Jugaban golf y compartían negocios. Yo denunciaba estas cosas en ese momento, recuerdo que era presidente Felipe Calderón. Insistí tanto que finalmente me llegó una amenaza, una advertencia, en el sentido de que yo dejara de hablar del tema de Paulette.

¿Qué amenazas ha recibido por lo que ha declarado en este caso?
LT: En su momento. No quiero abundar sobre la amenaza, porque los intereses que se vieron afectados, pues… son de personas que todavía tienen poder. Y yo entiendo, ya tuve una experiencia hace 20 años, y pues tengo que cuidarme, ya lo viví, sé que las amenazas de gente poderosa y sin escrúpulos se pueden materializar.

¿Planea ver la serie?

LT: No, porque como han comentado estas puntualizaciones que acabo de hacer sobre cosas que no son verdaderas, prefiero mantenerme a distancia y no hacer corajes, porque entiendo que ese personaje está basado en mí, pero es ficción. Ese personaje hace algunas cosas que yo sí hice pero hace otras que yo no hice, porque es ficción, y por eso le pusieron otro nombre.

¿Ha vuelto a tener contacto con la familia Gebara Farah? 

LT: Después de aquello tuve contacto con la mamá de Paulette y con la abuela de Paulette por parte materna. Tuvimos una plática en la que me detallaron todas las… cómo la echaron a la mamá de Paulette la fuerza del Estado de México encima, queriéndola culpar. Me parece que fue una gravísima injusticia, creo que Lizette fue el chivo expiatorio.

Con información de El Imparcial.