Viajes de AMLO provocan incomodidad a pasajeros

Apenas entró el presidente Andrés Manuel López Obrador, un hombre se levantó de su asiento y fue hasta atrás del avión.

“Me voy a bajar, es que viene el presidente”, dijo a una sobrecargo.

Al ocupante del asiento 12B no le pareció bien que en el mismo avión, seis filas delante de él, con destino a la capital de Tabasco, viajara el hombre más amado y más odiado desde hace varios años.

La azafata le explicó que tendría que comprar otro vuelo. Su mujer, lo miró con cara de reproche, pero él estaba decidido. Levantó a sus dos hijos, a su esposa, buscó las maletas de la familia Quiroz Díaz cuando la nave estaba a punto de moverse para tomar pista y sin que el presidente se diera cuenta de lo que pasaban a sus espaldas.

“¿Por qué se va a bajar?”, preguntaron los reporteros que habían quedado cerca. “Porque es inseguro”, dijo.

-¿Es inseguro porque va el presidente?

-Sí, porque es una irresponsabilidad que él viaje así, para eso hay aviones especiales.

Desde que era candidato, López Obrador prometió vender el avión presidencial, y viajar en vuelos comerciales.

López Obrador salió ayer en su gira nacional número 303 como presidente. Comprometido a su imagen de austeridad, es usualmente el último en subir a los aviones comerciales y ha causado algunas protestas.

El 23 de diciembre de 2018, por ejemplo, cuando regresaba de Oaxaca, la tripulación del vuelo Y4779 de Volaris le apartó diez compartimentos para el equipaje de él y de su equipo a pesar del enojo de los pasajeros.

En todos los vuelos en que los que él va, se agotan los boletos y los compartimentos. A veces el presidente viaja con más miembros de su equipo.

Es frecuente también que integrantes de la ayudantía, además, negocien cambios de lugares. El 15 de noviembre del año pasado, en el vuelo 2468 de Aeroméxico con destino a Durango, la nave fue cambiada por una más pequeña y 14 pasajeros, incluido el Presidente, perdieron sus asientos. El nombre de “Manuel López” fue voceado junto con el grupo que se había quedado fuera. Cuando el personal notó quién era, lo sacaron de la lista. Finalmente, la aerolínea ofreció un bono de 5 mil 500 pesos y un vale para la comida a quienes decidieran ceder sus asientos para la comitiva presidencial y los reporteros.

Con información de El Siglo de Torreón