Crean nueva vacuna eficaz incluso para la próxima pandemia de coronavirus

Un equipo de científicos ha desarrollado una nueva tecnología de vacunas que promete proteger contra una amplia gama de coronavirus, incluidos aquellos que podrían causar futuros brotes, e incluso algunos que aún no se han identificado. La nueva vacuna, probada en ratones, se basa en el enfoque denominado “vacunología proactiva”, que consiste en crear una vacuna antes de que el patógeno causante de la enfermedad se manifieste.

La innovación detrás de esta tecnología es la capacidad de la vacuna para entrenar al sistema inmunitario a reconocer regiones específicas de ocho coronavirus diferentes, como el SARS-CoV-1, el SARS-CoV-2 y otros que actualmente circulan entre murciélagos y podrían saltar a los humanos en el futuro. Lo notable de esta nueva vacuna es que las regiones a las que se dirige también están presentes en muchos otros coronavirus relacionados, lo que le permite proporcionar protección contra una amplia gama de virus, incluidos aquellos que aún no conocemos.

Los detalles de la investigación fueron publicados en la revista “Nature Nanotechnology” y muestran que la vacuna, denominada “Quartet Nanocage”, utiliza una estructura llamada nanopartícula para unir cadenas de antígenos víricos. Esto ayuda a entrenar al sistema inmunitario para dirigirse a regiones compartidas por una variedad de coronavirus, generando así una respuesta inmune amplia y efectiva.

Uno de los investigadores principales, Rory Hills, de la Universidad de Cambridge, destacó la importancia de esta tecnología, señalando que la vacuna ofrece protección contra varios coronavirus diferentes, incluidos algunos que aún no se han identificado. Según otro de los autores, Mark Howarth, de la misma universidad, este avance elimina la necesidad de esperar a que surjan nuevos coronavirus para empezar a trabajar en vacunas, ya que la tecnología actual permite adelantarse a futuras amenazas.

La vacuna también puede inducir una respuesta inmunitaria contra el SARS-CoV-1, el virus responsable del brote de SARS en 2003, aunque no esté incluida en su composición. Los ensayos clínicos de esta nueva vacuna están previstos para principios de 2025, pero los investigadores advierten que su producción a gran escala podría ser un desafío debido a su naturaleza compleja.

Este enfoque proactivo tiene el potencial de cambiar el paradigma en el desarrollo de vacunas, permitiendo a la comunidad científica anticiparse a futuros brotes y ofrecer soluciones que proporcionen protección contra un amplio espectro de enfermedades. Además, la tecnología utilizada en esta vacuna podría aplicarse en el desarrollo de vacunas para otras amenazas a la salud humana, lo que amplía aún más su relevancia e impacto potencial.

Con información de Aristegui Noticias