La clausura de la librería de Javier Corral fue todo un acontecimiento que hizo ruido a nivel nacional, y es que, apenas se le informó al exgobernador que su librería estaba siendo clausurada por inspectores municipales a tan sólo dos horas de su inauguración, no tardó ni dos minutos cuando ya le estaba llamando a su amiga Carmen Aristegui.
Pero el asunto no fue sólo eso, sino que, al momento de la colocación de los sellos de clausura, estaban llegando al lugar Gustavo Madero, Ariadna Montiel, Pancho Barrio, el actor Daniel Giménez Cacho, entre otras personalidades.
Como buenos renegados, chairos de ideología doble moral izquierdistas, aunque enfadados por la descortesía que les provocaría, fingieron sonrisas y apoyo y cada quien cargó su respectiva silla hacia el Parque Revolución en donde celebraron la inauguración.
La comitiva de “rebeldes”, en donde también estaba Blanquita Gámez, Concha Landa, Emma Saldaña, Lucha Castro, Paty Terrazas, Gabino Gómez y Miguel Riggs, comenzaron a lanzar padres y madres contra Maru Campos, aún y cuando la clausura corrió a cargo de la Presidencia Municipal que encabeza Marco Bonilla.
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Le dieron a Javier Corral la publicidad que no habría podido conseguir en todo un año…
También de pasadita, dejaron en muy mal al alcalde Marco Bonilla, quien a sabiendas de que la librería había sido notificada de algunos documentos faltantes y se les habían dado 60 días para ponerse en regla, ordenó la clausura de manera arbitraria.
Aunque fue un evidente abuso en contra de Javier Corral, miles de ciudadanos se sintieron felices, pues es sólo una muestra de lo que el gobierno de Javier Corral aplicó a los ciudadanos durante cinco años.
Lo que es cierto, es que, esa guerrita de poderes entre panistas, está escalando cada vez más y los chihuahuenses comienzan a hartarse y a recriminar el uso del poder para las venganzas políticas, pues en los últimos seis años, el Ejecutivo, Legislativo y Judicial, ha servido más para las vendettas que para los chihuahuenses.
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Otra que dio muestras de incivilidad, fue la secretara del Bienestar, Ariadna Montiel, quien enfureció cuando un reportero le preguntó sobre el robo de becas a los adultos mayores en la Delegación del Bienestar en Chihuahua.
La funcionaria de López Obrador, le arrebató la grabadora de las manos al comunicador y le interrumpió la grabación.
Pero se puso fúrica cuando el reportero le hizo mención de que las acusaciones contra Juan Carlos Loera y Marcelino Gómez están debidamente documentadas y acreditadas, y que las denuncias salieron de personas que trabajan en la misma delegación a los cuales quieren obligar a robarle a los abuelitos.
Otro acto más de intolerancia y de blindaje de las mentiras de la Transformación de Cuarta, y como siempre, en la escalada de los altos mandos hasta los achichincles… Los siervos de la nación, cortados con la misma tijera.
