Cuesta 50 millones “hackear” un iPhone

El iPhone es la piedra rosetta de la tecnología actual, nos guste o no. Y por eso se pagan auténticas burradas de dinero por encontrar una manera de colarse en el teléfono de Apple. La última cifra que se ha hecho pública, 50 millones de dólares por un programa. Y se ha conocido por un empleado descontento con su trabajo.

Dicho trabajo lo realizaba en NSO Group, una empresa conocida por vender algunos de los programas más potentes del mundo a la hora de colarse en móviles sin necesidad de cables, esto es, sin tener que tenerlo uno mismo en sus manos.

Varias agencias de inteligencia de todo el mundo han pagado millonadas por acceso a esta tecnología tan sofisticada que permite acceder a información privada por trucos sencillos: un mensaje de texto bien construido, un enlace que llega por una vía conocida, etcétera.

Quizá por eso, un empleado descontento con su situación en la empresa, vio la oportunidad de beneficiarse personalmente con la venta de uno de estos programas. Su precio, el que ya hemos citado: 50 millones de dólares. Es una cifra al alcance de muy pocos, pero que en este negocio del malware institucional se puede considerar una ganga.

Estos hechos se han conocido a través de varios periódicos israelís, según informa Motherboard, los cuales han tenido acceso a los documentos de la denuncia (en hebreo) presentada por NSO Group contra su empleado por filtración de secretos e información.

Se resuelva como se resuelva esta situación, la reputación de NSO Group se verá más dañada aún. La empresa ha sido criticada en muchas ocasiones por prestar sus programas a organizaciones criminales o a estados con fines cuestionables. En México, las autoridades usan su tecnología para espiar a periodistas y activisas por los derechos humanos. Lo mismo hacen en Emiratos Árabes Unidos para localizar a disidentes y a figuras molestas para el régimen.

La industria del malware es tremendamente lucrativa en la actualidad por su juventud y porque no está apenas regulada, lo que atrae también a perfiles muy concretos de programadores en todo el mundo. Las consecuencias de esto, sin embargo, pueden ser las traiciones o la competencia desleal. Es habitual que entre grupos de esta índole se roben código o programas para beneficio personal.

NSO es uno de los principales nombres de este mercado y se ha valorado en más de mil millones de dólares recientemente. Ese es el precio que una empresa de vigilancia de EEUU, Verint, estaba dispuesta a pagar por ellos.