Ciudad de México.– El Gobierno de México confirmó que a partir de 2026 comenzará la reducción gradual de la jornada laboral semanal de 48 a 40 horas, como parte de una reforma impulsada por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). El objetivo es completar la transición en enero de 2030 sin afectar salarios ni derechos laborales vigentes.
El titular de la STPS, Marath Bolaños López, explicó que el plan contempla una disminución de dos horas por año, de modo que el cambio sea progresivo y permita a empleadores y trabajadores adaptarse sin sobresaltos. “Lo que buscamos es una mejor calidad de vida”, aseguró el funcionario en entrevista.
Reforma con participación de todos los sectores
Para construir un consenso amplio, del 2 de junio al 7 de julio se realizaron foros de consulta nacional con la participación de trabajadores, sindicatos, cámaras empresariales, académicos y organizaciones sociales. La dependencia planea abrir más espacios de diálogo en los próximos meses y anunciará cómo será el proceso para que más personas puedan opinar.
Bolaños señaló que la propuesta está alineada con el compromiso de la presidenta Claudia Sheinbaum de avanzar hacia mejores condiciones laborales, pero bajo un esquema legislativo firme. No se descarta que el tema se discuta en el próximo periodo ordinario del Congreso, que inicia en septiembre.
Cambios sin reducción de sueldo
El secretario del Trabajo subrayó que esta reforma “no implica una reducción salarial”, y que busca valorar el tiempo de los trabajadores mexicanos, al mismo tiempo que responde a las demandas de un entorno laboral más saludable y equilibrado.
Estudios respaldan los beneficios
El pasado 22 de julio, investigadores de la Universidad de Boston publicaron los resultados de un estudio internacional aplicado en más de 140 empresas de seis países. Según los hallazgos, reducir la jornada sin disminuir el sueldo tiene efectos positivos en la salud mental, disminuye el agotamiento físico y mejora la satisfacción laboral. Las mayores mejoras se observaron en quienes trabajaron ocho horas menos por semana.
Aunque el entorno mexicano tiene particularidades, expertos consideran que los datos internacionales pueden servir como referencia para implementar un modelo que beneficie tanto a empleados como a empleadores.
Actualmente, en la Cámara de Diputados existen al menos diez iniciativas para modificar la jornada laboral. Todas coinciden en dos principios clave: que el proceso sea gradual y que el derecho a dos días de descanso por cada cinco de trabajo sea garantizado.
