*Lucy Marrufo, inventando cosas para no aburrirse *Andrea Chávez: mucha ambición, poca memoria *Anaya revive y cree que Chihuahua lo va a salvar

*Lucy Marrufo, inventando cosas para no aburrirse

La alcaldesa de Ojinaga, Lucy Marrufo, tuvo una revelación burocrática y decidió que lo que este país necesitaba urgentemente era… ¡un Instituto Municipal del Hombre! Porque claro, con todo resuelto en materia de seguridad, salud y pobreza, era momento de crear oficinas para “la problemática masculina”, como si el machismo institucional necesitara más recursos públicos para sobrevivir.

Según versiones locales, este sería el segundo instituto de su tipo en México. Sí, el segundo. Porque al parecer el primero no fue suficiente advertencia. Lo curioso es que en lugar de fortalecer las estructuras ya existentes de igualdad (esas que incluyen a ambos sexos, por cierto), Lucy prefiere montar su propia escenografía de equidad… pero con enfoque testosterónico.

Especialistas en género, que sí han estudiado esto, advierten que inventar institutos solo para hombres podría servir más para distraer fondos que para resolver algo real. Pero a Marrufo no le quita el sueño. Total, lo importante es aparecer en la foto inaugural cortando listón con cara de innovación.

Eso sí, en el gobierno estatal ya están viendo con lupa el presupuesto que pedirá esta ocurrencia. Quién sabe si el cabildo, que a veces se acuerda de la austeridad, se anime a financiar este nuevo club de Toby con oficinas climatizadas.

*Andrea Chávez: mucha ambición, poca memoria

Andrea Chávez, la senadora influencer que prefiere los reflectores de YouTube a las sesiones legislativas, ahora quiere nada menos que la presidencia del Senado. Así, sin escalas. Todo indica que sueña con sustituir al eterno gritón Gerardo Fernández Noroña. Lo irónico es que ni él la soporta, y eso que él no soporta a nadie.

“¿Siempre fue así de acelerada?”, preguntan algunos en Morena. La respuesta más común es un suspiro y una mirada al suelo. Porque, antes de buscar la corona, Andrea tendría que explicar, por ejemplo, qué pasó con el tema de las caravanas médicas —sí, esas con olor a contrato millonario y nula transparencia— o por qué su declaración patrimonial es más confusa que sus discursos.

Y ya que anda en modo “aspiro a todo”, no le vendría mal ponerse al corriente con su trabajo legislativo. Porque aunque tiene muchos videos y likes, su rendimiento en el Senado hace que hasta un suplente parezca hiperactivo.

*Anaya revive y cree que Chihuahua lo va a salvar

El eterno candidato fallido, Ricardo Anaya, reapareció entre los pasillos del Senado como quien sale de un retiro espiritual con una sola misión: convencerse a sí mismo de que el PAN sigue vivo. En una reunión con jóvenes chihuahuenses (sí, existen), Anaya declaró que Chihuahua es clave para el 2027. Claro, porque después del desastre panista en muchos estados, alguien tiene que quedarse con las sobras.

Según testigos, Mario Vázquez organizó el encuentro como quien lleva una excursión a ver a un monumento olvidado. Y Anaya, fiel a su estilo de conferencia TED sin público, les pintó un futuro azul esperanzador. Dicen que los jóvenes salieron muy contentos, probablemente porque les prometieron que no habrá más clases de ética política.

Eso sí, no se sabe si Anaya busca solo levantar el ánimo o si de verdad cree que el PAN puede resucitar desde Chihuahua. Si es lo segundo, quizás alguien debería recordarle que el voto joven no se gana con PowerPoints ni con discursos de 2018.


¿Conclusión? Entre institutos innecesarios, candidaturas sin sustento y resurrecciones panistas, la política sigue siendo el mejor teatro… salvo que lo pagamos nosotros.