PARÍS, FRANCIA.— Por primera vez en la historia, un grupo de científicos logró crear un eclipse solar total artificial en el espacio, gracias a una innovadora misión de la Agencia Espacial Europea (ESA). El proyecto, llamado Proba-3, abre la puerta a estudios prolongados del Sol que antes eran impensables desde la Tierra.
Eclipse hecho por humanos
El logro fue presentado durante el Salón Aeronáutico de París, donde se mostraron las primeras imágenes obtenidas por el instrumento ASPIICS, diseñado para estudiar la corona solar: una capa exterior del Sol extremadamente caliente y difícil de observar desde la superficie terrestre.
Este fenómeno artificial fue posible mediante dos satélites que vuelan en formación a 150 metros uno del otro. El primero bloquea la luz solar, simulando la función de la Luna durante un eclipse natural; el segundo toma imágenes de alta precisión.
La coordinación entre ambos es tan exacta que el margen de error es de apenas un milímetro.
“Nuestras imágenes son comparables a las de un eclipse solar natural, pero nosotros podemos crearlas en cada órbita de 19.6 horas y mantenerlas hasta seis horas”, explicó Andrei Zhukov, investigador principal del instrumento.
¿Para qué sirve esto?
Los eclipses solares naturales duran unos pocos minutos y son poco frecuentes. En cambio, con este sistema artificial, se podrán generar hasta dos eclipses por semana, lo que permitirá acumular más de mil horas de observación solar en dos años.
Esto representa un gran avance para la comunidad científica, ya que la corona solar, que puede alcanzar temperaturas de más de un millón de grados Celsius, es clave para entender los vientos solares y las eyecciones de masa coronal (CME), fenómenos que pueden afectar las telecomunicaciones, los sistemas de navegación y la red eléctrica en la Tierra.
Tecnología europea
El instrumento ASPIICS fue creado por un consorcio de empresas liderado por el Centro Espacial de Lieja (Bélgica). Su diseño permite observar detalles que los telescopios convencionales no pueden captar debido a la luz dispersa.
“Este es solo el comienzo”, dijo Zhukov.
“El potencial científico de Proba-3 es enorme, no sólo por la calidad de las imágenes, sino por la frecuencia y duración de los eclipses que podemos generar artificialmente.”
Con este avance, Europa marca un hito en la exploración solar, permitiendo estudiar el Sol sin depender de eventos naturales, y así proteger mejor las infraestructuras tecnológicas que usamos todos los días.