Científicos logran mapear con altísima precisión una porción del cerebro de ratón

Washington, D.C., 9 de abril de 2025 — Un equipo internacional de neurocientíficos ha alcanzado un avance histórico al reconstruir, con un nivel de detalle sin precedentes, un fragmento microscópico del cerebro de un ratón. El logro, resultado del proyecto MICrONS, representa el mapa funcional y estructural más amplio realizado hasta ahora en un mamífero.

El estudio se centró en un volumen de apenas un milímetro cúbico de la corteza visual, pero en él se identificaron alrededor de 84,000 neuronas y más de 500 millones de sinapsis, lo que da una idea de la enorme complejidad que encierra incluso la menor unidad del cerebro. Los datos, disponibles públicamente a través del Explorador MICrONS, alcanzan los 1.6 petabytes, el equivalente a más de dos décadas de video en alta definición.

Los resultados, difundidos en un conjunto de artículos publicados en Nature y Nature Methods, han sido descritos por David A. Markowitz, coordinador del proyecto, como “un hito para la neurociencia, comparable al del Proyecto Genoma Humano en su potencial transformador”.

El trabajo se realizó en distintas etapas y sedes. Inicialmente, la Escuela de Medicina de Baylor registró la actividad cerebral del animal mientras observaba imágenes en movimiento. Luego, en el Instituto Allen, se dividió el tejido en más de 25,000 capas ultrafinas y se digitalizaron mediante microscopía electrónica. Finalmente, investigadores de la Universidad de Princeton utilizaron herramientas de inteligencia artificial para reconstruir tridimensionalmente las células y sus conexiones.

Entre los descubrimientos destaca una novedosa forma de interacción entre neuronas inhibitorias y excitatorias. Contrario a lo que se pensaba, las células encargadas de frenar la actividad cerebral no lo hacen de forma generalizada, sino que eligen de manera precisa a qué neuronas afectan. “Estamos describiendo una especie de ‘mapa de Google’ o plano de este grano de arena”, explica Nuno da Costa, del Instituto Allen. “En el futuro, podremos usarlo para comparar el cableado cerebral de un ratón sano con el de un modelo de enfermedad”.

Además de contribuir al conocimiento fundamental del cerebro, estos hallazgos podrían ser clave en el estudio de trastornos neurológicos como el alzhéimer, el párkinson, el autismo o la esquizofrenia, todos ellos asociados a fallos en las conexiones neuronales.

Los investigadores también consideran que estos mapas precisos podrían influir en el diseño de modelos avanzados de inteligencia artificial inspirados en el cerebro, capaces de procesar información de manera similar a los organismos vivos.

Aunque el avance es considerable, aún queda mucho camino por recorrer. Según Forrest Collman, del Instituto Allen, el objetivo a mediano plazo es construir un modelo completo del cerebro de un ratón. “Si somos capaces de desarrollar la tecnología, podremos empezar a trabajar con un cerebro de ratón completo en cinco años y después tardaremos entre cinco y diez años más en recopilar datos”, indicó.

En años recientes, otros logros han marcado el camino, como el mapa completo del cerebro de una mosca de la fruta o la reconstrucción tridimensional de una parte de la corteza temporal humana. Sin embargo, en palabras del neurocientífico Juan Lerma, del Instituto de Neurociencias de Alicante, este nuevo estudio “no tiene precedentes” y representa “la punta del iceberg de lo que está por venir”.