
Washington.— El reciente aumento en los aranceles de Estados Unidos a las importaciones chinas ha provocado una fuerte reacción entre los vendedores asiáticos que operan en plataformas de comercio electrónico, particularmente en Amazon. La nueva política comercial impulsada por la administración del presidente Donald Trump eleva los gravámenes hasta un 125%, intensificando la ya prolongada tensión entre ambas economías.
Esta medida se suma a otras tarifas previas, con lo que algunos productos chinos ahora enfrentan cargas impositivas del 145%. La decisión forma parte de un decreto oficial que también establece una pausa en ciertos aranceles aplicados a otros países, en un intento por equilibrar los impactos económicos a nivel global.
El aumento ha generado preocupación entre miles de pequeñas y medianas empresas chinas, muchas de las cuales dependen del comercio electrónico para acceder al mercado estadounidense. “No se trata solo de una cuestión de impuestos, sino de que toda la estructura de costes se ve totalmente desbordada”, afirmó Wang Xin, directora de la Asociación de Comercio Electrónico Transfronterizo de Shenzhen, que representa a más de 3,000 vendedores en Amazon.
Frente a este escenario, varias compañías han comenzado a ajustar sus estrategias. Según reportes recogidos por agencias internacionales, algunos comerciantes están trasladando el aumento de costos al consumidor, mientras que otros están considerando cesar sus operaciones en Estados Unidos.
China representa una porción significativa del ecosistema comercial de Amazon. En Shenzhen, más de 100,000 empresas están registradas como vendedoras activas en la plataforma, generando ingresos anuales cercanos a los 35,000 millones de dólares. La industria de comercio electrónico transfronterizo en China alcanzó en 2024 un volumen de 2.63 billones de yuanes (aproximadamente 358,000 millones de dólares), según cifras oficiales del Consejo de Estado.
El impacto potencial de las nuevas medidas no es menor. Expertos advierten sobre los efectos negativos que podrían desencadenarse en el empleo y la estabilidad económica regional. Wang Xin advirtió que una disminución en la actividad exportadora podría acelerar el desempleo en China, especialmente porque “ningún otro país se acerca al poder de consumo de Estados Unidos”.