Aumentos arancelarios en EE. UU. podrían encarecer dispositivos electrónicos como el iPhone

Washington, D.C. Las recientes medidas arancelarias impulsadas por el presidente Donald Trump podrían tener efectos significativos en la industria tecnológica, particularmente en productos electrónicos que dependen de cadenas de suministro globalizadas. Entre los artículos potencialmente más afectados se encuentran los teléfonos inteligentes de la marca Apple.

Los aranceles establecidos por la administración estadounidense contemplan un mínimo del 10% a una amplia gama de productos importados. Expertos del sector señalan que, si las empresas optan por trasladar estos nuevos costos al consumidor, los precios podrían aumentar entre un 30% y 40%.

Un análisis realizado por la firma Rosenblatt Securities estima que este ajuste podría elevar el precio de un iPhone 16 —actualmente en 799 dólares— hasta 1,142 dólares. Modelos más avanzados como el iPhone 16 Pro Max, que parte de 1,599 dólares, podrían alcanzar un costo aproximado de 2,300 dólares.

A esta situación se suma la respuesta comercial de China, que anunció medidas arancelarias equivalentes del 34% sobre productos estadounidenses. Esto representa un nuevo desafío para Apple, ya que parte de su producción aún se realiza en fábricas ubicadas en territorio chino.

Ante este escenario, se ha planteado la posibilidad de trasladar parte de la manufactura a Estados Unidos. Sin embargo, analistas citados por The Wall Street Journal señalan que esta medida podría elevar sustancialmente los costos de producción. “No hay claridad de que se pueda manufacturar celulares a precios competitivos sin piezas importadas”, advirtieron. Se calcula que el ensamblaje de un iPhone en China cuesta alrededor de 30 dólares por unidad, mientras que en EE. UU. esa cifra podría superar los 300 dólares.

Por el momento, Apple no ha emitido un posicionamiento oficial sobre posibles ajustes en los precios de sus productos, ni sobre cambios en su modelo de producción. En tanto, consumidores y especialistas en tecnología siguen atentos al desarrollo de esta política comercial y su impacto en el mercado.