
Washington / Ciudad de México — El gobierno de Estados Unidos analiza la posibilidad de utilizar drones armados para atacar a líderes de organizaciones criminales en México, como parte de un enfoque más agresivo para frenar el tráfico de drogas hacia su frontera sur, de acuerdo con fuentes citadas por medios estadounidenses como NBC News y The Independent.
La propuesta, que aún se encuentra en una etapa preliminar, ha sido discutida por funcionarios de la Casa Blanca, el Pentágono y agencias de inteligencia. Según reportes, esta medida podría contemplarse incluso sin la autorización del gobierno mexicano, aunque sería considerada como un “último recurso”.
La administración de Donald Trump ya había expresado anteriormente su disposición a utilizar recursos militares contra el crimen organizado transnacional. En marzo, el embajador designado de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, declaró ante el Senado que su prioridad sería fortalecer la cooperación bilateral en materia de seguridad, aunque advirtió que “todas las opciones están sobre la mesa”.
Hasta ahora, el uso de drones por parte de Estados Unidos en México se ha limitado a operaciones de vigilancia con el consentimiento de las autoridades locales. Estas misiones han contribuido en el pasado a capturas de alto perfil, como la de Joaquín “el Chapo” Guzmán. No obstante, el planteamiento actual implicaría un giro hacia el uso de tecnología armada, lo que marcaría un cambio significativo en la relación bilateral en materia de seguridad.
La presidenta Claudia Sheinbaum se pronunció sobre este tema durante su conferencia matutina del 8 de abril, tras los reportes sobre el posible uso de drones armados. Rechazó categóricamente cualquier acción militar extranjera en territorio mexicano.
“Rechazamos cualquier acción de este tipo y no creemos que vayan a materializarse, pues existe un diálogo constante en materia de seguridad y otros temas con EE.UU”, declaró. Además, subrayó que dichas medidas no resolverían el problema de fondo: “No resolverían nada; se necesitan estrategias integrales”.
La mandataria reiteró que la vía para enfrentar el crimen organizado debe basarse en la atención a causas estructurales, inteligencia, trabajo de investigación y operativos coordinados entre ambas naciones, sin recurrir a decisiones unilaterales.
Por ahora, la propuesta sigue siendo objeto de deliberación interna en Estados Unidos. En México, el gobierno ha dejado en claro que cualquier iniciativa de este tipo sin su consentimiento sería inaceptable, manteniendo su postura en favor de la soberanía nacional y la cooperación bilateral bajo acuerdos conjuntos.