
Ciudad de México.- En 2013, el director Jonathan Glazer estrenó una de las películas de ciencia ficción más peculiares de los últimos años: Under the Skin, protagonizada por Scarlett Johansson. Con un enfoque más experimental que narrativo, la cinta narra la historia de un ser extraterrestre que recorre Escocia atrayendo a hombres solitarios con un propósito inquietante.
A pesar de contar con una actriz de renombre, la película tuvo un rendimiento discreto en taquilla, recaudando 5 millones de dólares frente a un presupuesto de 13 millones. Su distribución fue limitada en algunos países, dependiendo en gran medida del interés de los cinéfilos.
Un cine poco convencional
Más que una producción de ciencia ficción tradicional, Under the Skin apuesta por un lenguaje visual y sensorial. Glazer combinó efectos visuales impactantes con técnicas semidocumentales, rodando escenas en locaciones reales y con transeúntes desprevenidos en las calles de Glasgow.
El filme ha sido comparado con clásicos como 2001: Una odisea del espacio, gracias a su atmósfera perturbadora y a una narrativa que deja muchas incógnitas sin resolver. Su recepción ha sido ambivalente: mientras algunos la consideran una obra maestra del género, otros la ven como una experiencia desconcertante.
De fracaso a película de culto
Con el paso del tiempo, la película ha ganado reconocimiento y hoy es vista como una pieza de culto dentro de la ciencia ficción contemporánea. Su exploración sobre la identidad y la condición humana la ha convertido en una referencia obligada para los amantes del cine experimental.
A pesar de su creciente reputación, Under the Skin no está disponible actualmente en plataformas de streaming, lo que la mantiene como una joya oculta dentro del género.