
Reabren caso de niño fallecido durante administración de Loera
¡Vaya sorpresa! Un juez federal decidió desempolvar un caso que lleva más de un año navegando entre expedientes: la trágica muerte de un niño rarámuri por desnutrición en la comunidad de La Yerbabuena, en El Vergel, Balleza. ¿El principal acusado? Nada más y nada menos que el hoy senador Juan Carlos Loera, quien, en ese entonces, ostentaba el gran título de delegado del Bienestar en Chihuahua.
Según se sabe, el gobernador indígena de la zona prácticamente le rogó a Loera de la Rosa que hiciera algo ante la crisis alimentaria que asfixiaba a su comunidad. Pero, al parecer, esas súplicas no lograron abrirse paso entre las prioridades del funcionario, que seguramente tenía la agenda llena con cosas más importantes que evitar la muerte de un niño por hambre.
Pero lo más admirable no fue su indiferencia, sino su respuesta: lejos de asumir alguna responsabilidad, negó el problema y desacreditó a la comunidad. ¡Bravo! Nada como el buen viejo truco de ignorar la realidad hasta que deje de ser noticia. Y, por supuesto, el ahora senador de Morena goza de fuero, así que no hay prisa, el tema puede esperar… total, el niño ya no.
De servidor público a proveedor del crimen: una carrera fulminante
Mientras tanto, en otro episodio de “Nuestros Guardianes del Orden”, elementos del ejército lograron la detención de Carlos Arturo B., un exagente de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal que, en un giro de carrera bastante predecible, decidió dejar la corporación para, al parecer, probar suerte en el mercado negro de municiones. Nada grave, solo más de 8,000 cartuchos para armas largas en su poder.
Por supuesto, la SSPE, en su intento de lavarse las manos, salió a aclarar que Carlos Arturo ya estaba en proceso de baja. Algo así como un “nosotros ya no lo conocemos, pero sí le pagamos su última quincena”. Al parecer, el hombre decidió faltar al trabajo desde el 29 de enero, y como nadie en la corporación se alarmó por su ausencia, pasaron los días hasta que, ¡sorpresa!, fue detenido con un arsenal digno de película de acción.
La gran pregunta es: ¿están funcionando las depuraciones en las fuerzas del orden o simplemente estamos ante una racha de golpes de suerte? Porque si las detenciones de agentes corruptos dependen del azar, entonces habrá que rezarle al santo patrono de las coincidencias para que caigan más.