*Estrada desarma el discurso oficial *Un vocero exprés y una salida anunciada *De la Peña en la Cazadora

Cuauhtémoc Estrada desarma el discurso oficial

El coordinador del Grupo Parlamentario de Morena en el Congreso del Estado, Cuauhtémoc Estrada, no se anduvo con rodeos y cuestionó abiertamente los “logros” que la gobernadora María Eugenia Campos intenta vender en su Tercer Informe de Gobierno. Y es que, según el diputado, el supuesto éxito del gobierno estatal es más una cuestión de narrativa que de realidad.

“¿Ha disminuido realmente la deuda a largo plazo del estado o ha aumentado? ¿Se ha logrado poner en orden la situación financiera de Chihuahua?”, preguntó con evidente escepticismo. Estrada recordó que la administración estatal ha recibido ingresos extraordinarios por casi 32 mil millones de pesos en los últimos tres años, y sin embargo, la deuda pública sigue siendo un lastre de 54 mil millones. En otras palabras, mucho dinero, pocos resultados.

También criticó el destino de los ingresos por casetas de peaje, que han dejado remanentes de hasta 2 mil 400 millones de pesos en el mejor de los casos. Y, sin embargo, las carreteras del estado siguen siendo dignas de un rally todoterreno. “¿Dónde están las mejoras?”, preguntó. Silencio en el auditorio.

Sobre la obra pública, el diputado no tuvo piedad: “¿Pueden señalar alguna obra relevante en estos tres años? La respuesta es clara: la obra pública ha sido prácticamente nula”. Es decir, si el desarrollo de infraestructura fuera un deporte, Chihuahua ni siquiera estaría calificado para competir.

En materia educativa, Estrada puso el foco en la insuficiencia de planteles de secundaria y preparatoria en Ciudad Juárez, un problema que sigue sin resolverse mientras el gobierno estatal sigue acumulando fotos de inauguraciones simbólicas.

Pero la crítica más severa vino en seguridad: “¿Realmente ha funcionado la estrategia? ¿Han dado los resultados esperados la Plataforma y la Torre Centinela?”. Preguntas incómodas para un gobierno que vendió estos proyectos como la solución definitiva. “Yo le pregunto a la sociedad: ¿creen que estos proyectos han cumplido con lo prometido?”, insistió Estrada. Quizá la respuesta sea visible en las cifras de violencia que no dejan de acumularse.


Un vocero exprés y una salida anunciada

Si la política tuviera un récord Guinness para el vocero más fugaz, Sergio Ramírez, hasta ahora el más reciente encargado de comunicar los mensajes de la gobernadora Maru Campos, sería un fuerte contendiente. Apenas terminó el Tercer Informe y, según dicen los pasillos del Palacio de Gobierno, ya estaba empacando sus cosas.

Eso sí, antes de salir dejó claro que “no lo corrieron”, sino que tiene “asuntos familiares” que atender. Por supuesto, en el mundo político, estas explicaciones suelen ser tan convincentes como un “te prometo que sólo somos amigos”.

Ahora la pregunta es: ¿quién lo reemplazará? Se barajan varios nombres, entre ellos el de un veterano periodista de la vieja escuela impresa y radiofónica, aunque también suena la posibilidad de que llegue una mujer enviada directamente por el CEN del PAN. Lo cierto es que, mientras tanto, en el gobierno estatal hay un micrófono sin dueño y muchos oídos atentos para ver quién lo toma.


Santiago de la Peña en la Cazadora

El domingo, los automovilistas de Chihuahua se encontraron con una imagen poco común: el secretario general de Gobierno, Santiago de la Peña, entusiasmado, entregando volantes en los cruceros. Sí, como si de un aspirante a regidor se tratara, pero con un currículum mucho más amplio.

El funcionario, junto con su equipo, se instaló en la Diana Cazadora, justo en la avenida Mirador y Ortiz Mena, para repartir documentos sobre el Tercer Informe. Cuentan que De la Peña se lo tomó tan en serio que hasta aprovechaba la luz roja para dar un discurso exprés.

Pero lo más llamativo no fue su entusiasmo, sino la interpretación que algunos le dieron: tal vez esté ensayando para cuando llegue el momento de lanzarse por un cargo de elección popular. Gobernatura, alcaldía, diputación… lo que sea. Al menos, ya tiene práctica en los cruceros.

Por ahora, la moraleja es clara: en la política, todo se vale, hasta repartir folletos como si en ello se jugara el futuro del estado.