
Nueva York, EE.UU. – Refinerías en la costa del Golfo de Estados Unidos han disminuido la compra de petróleo mexicano debido a problemas en su calidad, optando por adquirir crudo de Canadá y Colombia.
De acuerdo con reportes del sector, una de las principales preocupaciones de las refinerías de Texas y Luisiana es el alto contenido de agua en el crudo suministrado por Pemex, lo que afecta su eficiencia en el proceso de refinación.
Impacto en la refinación y el mercado energético
El petróleo mexicano ha presentado niveles de agua de hasta un 6%, una cantidad superior a la aceptada por la industria. Este exceso obliga a las refinerías a realizar tratamientos adicionales, elevando costos y ralentizando la producción de combustibles como gasolina y diésel.
Según estimaciones de Bloomberg, en un cargamento de 500 mil barriles, alrededor de 30 mil barriles corresponden solo a agua, lo que se traduce en pérdidas cercanas a 2 millones de dólares.
Además, el rechazo del crudo mexicano ocurre en un contexto en el que las exportaciones de petróleo de México a EE.UU. han caído a su nivel más bajo en 35 años, impulsando la búsqueda de nuevos proveedores y generando un incremento en los costos de importación para las refinerías estadounidenses.
Pemex y la situación interna
Hasta el momento, Pemex no ha emitido comentarios sobre la disminución de sus envíos de crudo a EE.UU. Sin embargo, la empresa enfrenta un escenario financiero complejo, con deudas cercanas a 20 mil millones de dólares con proveedores de productos químicos y equipos especializados.
En México, la refinería Dos Bocas ha permanecido fuera de servicio desde diciembre, debido a la calidad del petróleo disponible. Fuentes del sector han señalado que el crudo procesado presenta altos niveles de salinidad, lo que podría afectar la infraestructura de la refinería.
Respuesta oficial y posibles soluciones
La presidenta Claudia Sheinbaum reconoció la situación y explicó que los problemas de calidad se deben a condiciones climáticas, asegurando que Pemex está implementando medidas correctivas mediante el uso de productos químicos.
Mientras la petrolera mexicana enfrenta estos desafíos, el mercado energético en la región se mantiene en constante ajuste, con refinerías estadounidenses explorando nuevas alternativas para garantizar el suministro de crudo de mejor calidad.