Terraplanistas enfrentan realidad en la Antártida: el Sol de medianoche pone a prueba sus teorías

Antártida.– En un intento por zanjar el eterno debate sobre la forma de la Tierra, un grupo de terraplanistas se aventuró al extremo sur del planeta para presenciar un fenómeno que, según la comunidad científica, solo es posible en un mundo esférico: el Sol de medianoche. La experiencia, organizada por el pastor Will Duffy bajo el nombre de El Experimento Final, tuvo resultados inesperados que han sacudido las creencias de más de un participante.

El viaje, que costó 31,495 dólares por persona, reunió a defensores de ambas teorías: los terraplanistas y los llamados “globoterraqueos”. Duffy afirmó antes de partir: “Después de este experimento, nadie tendrá que debatir más sobre la forma de la Tierra”. La Antártida, por su lejanía y el Tratado de 1959 que regula su acceso, suele ser un punto álgido en las teorías de conspiración terraplanistas, quienes aseguran que está vedada para ocultar la verdad sobre el planeta.

El Sol de medianoche y la incómoda realidad

Uno de los momentos más impactantes para los participantes fue el Sol de medianoche: un evento en el que el Sol permanece visible durante 24 horas en verano debido a la inclinación axial de la Tierra. Para Jeran Campanella, creador del canal terraplanista “Jeransim” con 73,000 seguidores en YouTube, la experiencia fue transformadora.

“A veces te equivocas en la vida”, reconoció Campanella en un video. “Yo creía que no había un Sol de 24 horas. De hecho, estaba bastante seguro de ello”. Sus declaraciones han causado revuelo entre sus seguidores, especialmente por admitir que el modelo terraplanista tradicional ya no le resulta convincente.

Sin embargo, no todos compartieron esta postura. Austin Whitsitt, otro participante terraplanista, aceptó la existencia del fenómeno, pero insistió en que no prueba la esfericidad terrestre. “Creo que podría haber una explicación que funcione en un modelo plano”, señaló, manteniendo dudas sobre el consenso científico.

Reacciones en la comunidad terraplanista

El impacto del experimento en la comunidad terraplanista ha sido polarizante. Mientras algunos han comenzado a cuestionar sus creencias, otros han redoblado sus argumentos conspirativos, acusando a Duffy de trabajar para la NASA y calificando el viaje como una farsa. En redes sociales, no faltaron teorías que aseguraban que las imágenes del Sol de medianoche fueron grabadas frente a una pantalla verde.

Para Campanella, al menos, la experiencia marcó un antes y un después. “El mapa AE ya no funciona”, admitió, refiriéndose al modelo preferido por los terraplanistas, aunque evitó declarar explícitamente que la Tierra sea esférica.

Ciencia versus conspiración

El fenómeno del Sol de medianoche es ampliamente reconocido por la comunidad científica como una de las pruebas más claras de la esfericidad de la Tierra. Durante el verano, la inclinación axial del planeta permite que el Polo Sur reciba luz solar continua durante 24 horas, algo que sería imposible en un modelo plano.

A pesar de esto, el debate persiste en algunos sectores, evidenciando cómo las creencias personales y las teorías de conspiración pueden resistir incluso ante evidencias directas. Para Duffy, el viaje cumplió su propósito: “Hemos aportado claridad al debate. Ahora es cuestión de cada uno aceptar o no lo que vimos con nuestros propios ojos”.

Conclusión

El experimento en la Antártida ha puesto en jaque algunas de las posturas más arraigadas de los terraplanistas, aunque no ha logrado convencer a todos. Mientras tanto, el Sol de medianoche sigue brillando como un recordatorio de que la ciencia, aunque a menudo cuestionada, ofrece explicaciones que resisten incluso los desafíos más audaces.