
Moscú.– En un tono desafiante, el presidente ruso Vladímir Putin propuso un enfrentamiento tecnológico entre los sistemas de defensa antimisiles occidentales y el nuevo armamento hipersónico de Rusia. Durante su conferencia de prensa anual, Putin sugirió que el escenario de este hipotético “duelo” fuera Kiev, la capital ucraniana, como una forma de demostrar la supuesta supremacía de la tecnología militar rusa.
“Que elijan cualquier instalación para que la ataquemos, digamos, en Kiev. Que concentren allí todos sus sistemas antiaéreos y antimisiles. Y nosotros atacaremos con (un misil) Oréshnik. Y veremos qué es lo que pasa. Nosotros estamos preparados para ese experimento. ¿Está dispuesta la otra parte?”, planteó el líder ruso, calificando esta idea como un “duelo de alta tecnología del siglo XXI”.
El Oréshnik: el misil que desafía las barreras
El misil Oréshnik, al que Putin se refirió como un ejemplo de la capacidad hipersónica rusa, tiene un alcance de 5,500 kilómetros y, según el presidente, es capaz de evadir cualquier sistema de defensa existente. “En unos pocos segundos comienza la separación de las ojivas. Y ya está, perdieron el tren. Así que no tienen ninguna opción de derribar estos misiles”, afirmó, destacando la precisión y velocidad del armamento.
Esta declaración ocurre en un contexto donde la OTAN ha desplegado 24 baterías antimisiles en Europa, particularmente en Polonia y Rumanía, con un alcance de hasta 1,000 kilómetros. Sin embargo, Putin insistió en que dichos sistemas serían incapaces de interceptar los misiles rusos, incluso en escenarios hipotéticos cercanos.
Un cambio en la estrategia militar rusa
El mandatario destacó que el desarrollo de armamento hipersónico reduce la necesidad de emplear armas nucleares. “Nosotros hemos hecho mucho para superar el escudo antimisiles estadounidense”, subrayó, sugiriendo que la innovación tecnológica está transformando la doctrina militar rusa.
Además, Putin criticó los escudos antimisiles occidentales, calificándolos de costosos e ineficaces. Según él, las inversiones estadounidenses en estas defensas no garantizan la seguridad nacional de ese país ni la de sus aliados.
Tensiones en aumento
Las declaraciones de Putin no solo elevan las tensiones en medio del conflicto en Ucrania, sino que también refuerzan la narrativa de una competencia armamentista en el siglo XXI. Con un trasfondo de enfrentamientos diplomáticos y sanciones internacionales, Rusia busca reafirmar su poderío militar como una herramienta de disuasión y posicionamiento estratégico frente a Occidente.
La propuesta de un “duelo” tecnológico puede ser vista tanto como un desafío simbólico como una advertencia, en momentos donde la estabilidad geopolítica global sigue siendo precaria. Sin embargo, la respuesta de Estados Unidos y sus aliados a esta provocación determinará si este discurso se traduce en acciones o queda como un intento retórico de marcar superioridad.