Ottawa, Canadá. El primer ministro Justin Trudeau ha convocado una reunión de emergencia con los líderes provinciales para abordar las posibles repercusiones económicas de la amenaza del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha anunciado su intención de imponer aranceles del 25% a las importaciones de Canadá y México. La medida, anunciada en la red social Truth Social, se presenta como una estrategia para frenar el flujo de drogas e inmigración ilegal, pero ha generado alarma en los círculos políticos y económicos de Canadá.
Impacto económico potencial
Analistas económicos advierten que incluso un arancel del 10% podría reducir el Producto Interno Bruto (PIB) canadiense en un 1%, una pérdida estimada en 30 mil millones de dólares estadounidenses. Si Trump sigue adelante con la tarifa del 25%, Canadá podría enfrentar una recesión significativa, afectando industrias clave como la automotriz y debilitando su competitividad global.
Ontario, la provincia industrial más importante del país, ya ha manifestado su preocupación ante un posible colapso en el comercio bilateral. Representantes provinciales no descartan medidas drásticas, como reconsiderar la permanencia de Canadá en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), en caso de que las relaciones comerciales se tensen aún más.
¿Un nuevo enfoque diplomático?
En respuesta a las amenazas, la Cámara de Comercio de Canadá ha sugerido que el país adopte una postura más dura y abandone su tradicional papel conciliador. Candace Laing, presidenta de la Cámara, instó a los líderes canadienses a implementar políticas de represalia comercial bajo una estrategia de “ojo por ojo”.
“Ya no podemos actuar como el vecino amable. Si Trump insiste en perjudicar nuestra economía, Canadá debe responder con firmeza,” señaló Laing.
La fragilidad de los acuerdos internacionales
La amenaza de Trump pone en duda la estabilidad del T-MEC, un tratado diseñado para promover el libre comercio en América del Norte. Durante décadas, las relaciones entre Canadá y Estados Unidos han sido vistas como un modelo de cooperación bilateral. Sin embargo, este giro inesperado ha sembrado incertidumbre sobre el futuro de los acuerdos comerciales.
Expertos internacionales coinciden en que las políticas proteccionistas del presidente electo podrían tener efectos adversos no solo en Canadá, sino también en la economía global, al desestabilizar cadenas de suministro y aumentar tensiones comerciales.
Próximos pasos
El gobierno canadiense, liderado por Trudeau, se enfrenta al desafío de diseñar una estrategia que proteja su economía sin provocar un conflicto diplomático irreparable. La reunión de emergencia prevista para esta semana buscará acordar medidas concretas, mientras los canadienses aguardan con expectación los próximos movimientos en esta creciente disputa comercial.