*Romero Herrera, el nuevo “salvador” del PAN *En la otra esquina… Morena

Romero Herrera, el nuevo “salvador” del PAN

Ayer se celebró el tan esperado evento dentro del PAN, y sorpresa, sorpresa… como si fuera un guion ya escrito, la victoria fue para Jorge Romero Herrera, ahora flamante líder nacional del Partido Acción Nacional. En un discurso que intentó sonar épico, Romero dejó claro que su misión será hacer lo que se espera de cualquier partido: ganar elecciones. Aseguró que mientras más les subestimen, más se perfilarán al triunfo, comprometiéndose a retener los pocos gobiernos que aún le quedan al PAN y a ganar terreno en 2027. Incluyendo, por supuesto, a Chihuahua, donde Maru Campos le apostó al protegido de Marko Cortés.

Romero no perdió la oportunidad de descalificar los “artificiosos” números de la 4T en el Congreso, asegurando que estos no representan la verdadera voluntad popular, recordando que el PAN ya no compite solo contra Morena. Como cierre, Romero se lanzó con su nueva marca: “Yo soy 46”. Según él, ese 46% representa a los mexicanos que no votaron por Morena y que ahora se transforman en el ejército de la resistencia azul. Todo un movimiento de “orgullo minoritario”.

Mientras tanto, en Chihuahua, la elección interna del PAN se quedó corta en entusiasmo. A pesar de la promesa de “responsabilidad” de ambos bandos, tanto los seguidores de Romero como los de Adriana Dávila apenas movilizaron a sus votantes. Sólo votó poco más del 50% de los militantes en el estado, una cifra más que modesta para un partido que aún presume ser fuerte en Chihuahua. Romero arrasó con un 65% frente al 35% de Dávila, pero, honestamente, eso se debió más a la apatía que a la convicción.

En la otra esquina… Morena

Mientras tanto, Morena organizó su propio espectáculo en Chihuahua, encabezado por la dirigente nacional Luisa María Alcalde. En lo que más parecía una competencia de aplausos que una Asamblea Informativa, el claro ganador fue el alcalde de Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, que fue vitoreado como el próximo gobernador por el 80% de los asistentes, dejando claro quién manda en el morenismo chihuahuense.

Y aunque la dirigencia nacional fingió que “es muy temprano” para hablar de candidaturas, quedó claro que Pérez Cuéllar es quien mueve las masas. En contraste, el senador Juan Carlos Loera y su sobrina, la dirigente estatal Brighite Granados, fueron recibidos con abucheos. Al parecer, el morenismo local no tiene mucha estima por la familia Loera de la Rosa.

Luisa María Alcalde aprovechó para anunciar un proyecto ambicioso: credencializar a miles de simpatizantes de Morena en todo el país, como si fuera a convertir la popularidad en una membresía formal. En Chihuahua, la meta es alcanzar las 300,000 credenciales, un objetivo que suena más a una fantasía, sobre todo considerando que la mayoría de los “simpatizantes” solo se afiliaron para recibir los beneficios de las becas del Bienestar.

A pesar de que Brighite Granados intentó ponerle entusiasmo al proyecto, todos saben que quien está detrás de ese número abultado es Pérez Cuéllar. Y eso no le hace ninguna gracia a los Loera de la Rosa, pues la disputa entre ambas facciones es un secreto a voces. Entre el alcalde y la familia Loera, el control de Morena en Chihuahua y el reparto de candidaturas se ha convertido en una pelea digna de un melodrama político, pero con pocas sorpresas.