Ciudad de México.- El invierno ya viene… este invierno 2024-2025 podría traer consigo una serie de cambios climáticos significativos en México, gracias a la influencia del fenómeno de La Niña. Con el enfriamiento de las aguas del océano Pacífico, La Niña impacta patrones de lluvia y temperatura en todo el mundo, y para México, esto podría traducirse en sequías, fríos intensos y condiciones extremas.
La Niña, como detallan meteorólogos de Meteored, consiste en un enfriamiento poco usual en el Pacífico ecuatorial que provoca alteraciones atmosféricas de alcance global. En México, este fenómeno ya ha mostrado en otras ocasiones su habilidad para convertir los inviernos en eventos de clima impredecible: las temperaturas extremas, periodos secos y las lluvias inesperadas podrían estar a la vuelta de la esquina.
¿Qué se espera para el invierno en el norte y el sur?
Para el norte del país, los expertos alertan sobre un clima más seco de lo habitual, con escasas lluvias y frentes fríos que podrían extenderse más allá de lo común. Esto se agrava con la posible llegada de masas de aire polar que intensificarán las heladas en zonas montañosas y áreas de gran altitud. El clima en esta región podría llevar a una caída en la producción agrícola, además de poner presión sobre el suministro de agua, ya de por sí en una situación crítica.
En contraste, los estados del sur y sureste podrían recibir precipitaciones intermitentes. Los famosos “Nortes” golpearán las costas del Golfo de México, trayendo consigo fuertes vientos y lluvias aisladas que, aunque menos intensas, podrían dar un respiro a la sequía en algunos puntos del país.
El impacto de La Niña en las próximas semanas
Aunque La Niña podría empezar a mostrar sus efectos desde diciembre, la realidad es que muchos de sus impactos se sentirán con fuerza a lo largo de enero y febrero. Durante estos meses, es probable que las masas de aire polar encuentren poco obstáculo para avanzar hacia latitudes más bajas, causando bajas temperaturas en zonas del centro y norte de México.
Si bien los fríos severos no son inusuales en algunas regiones, la llegada de La Niña añade un grado de incertidumbre que podría amplificar las heladas y hacer que la temporada sea aún más dura para quienes dependen del campo y el suministro de agua. Se prevé que la agricultura, en particular, podría verse afectada, lo que generaría incertidumbre sobre los precios y la disponibilidad de ciertos productos.
Preocupación sobre sequías prolongadas
La llegada de La Niña también eleva la posibilidad de que la temporada de lluvias del próximo año inicie con menor volumen de agua en las presas del norte, una preocupación que, de materializarse, agravaría la crisis hídrica en algunas zonas que ya enfrentan escasez. Aunque algunos estados en el sur pueden beneficiarse de lluvias dispersas, la mayor parte del país deberá prepararse para una temporada invernal que ponga a prueba tanto su infraestructura como su suministro de agua.
De prolongarse sus efectos hasta marzo, La Niña podría marcar una temporada invernal que difícilmente pasará desapercibida. En el corto plazo, las recomendaciones de los expertos sugieren tomar previsiones en el uso de agua y contar con suministros esenciales para enfrentar un clima que podría sorprendernos con sus altibajos.