El Régimen Soñado de Morena
Los diputados del PAN, en su papel de cruzados contra el mal, han dado la voz de alarma: aseguran que Morena busca instaurar su propio “régimen”, y no cualquier régimen, sino uno que erige la “supremacía constitucional” como si fuera la nueva panacea de la política mexicana. En alianza con sus compañeros de la resistencia —PRI, Verde y MC— se han comprometido a hacer hasta lo imposible, prometiendo que agotarán todo recurso para revertir las reformas que Morena tan cuidadosamente ha tejido en su propio beneficio.
La diputada Carla Rivas, en un acto de máxima solidaridad parlamentaria, informó que el grupo del PAN empujará la iniciativa del diputado Francisco Sánchez, de MC, para llevarla hasta las instancias más altas y competentes. No es para menos, ya que, para esta coalición, los tribunales serán el escenario donde se decidirá el destino de la democracia nacional, sin importar cuántos jueces necesiten convencer.
Mientras tanto, la diputada China Frías lanzó una acusación casi poética, al afirmar que Morena no busca más que mantener los privilegios —solo que para ellos, claro está. En una suerte de elegía política, acusó que el verdadero interés de Morena no es erradicar prebendas, sino solo cambiarlas de manos. En esta pieza oratoria, señaló que el partido guinda no busca la justicia social, sino la tiranía de la mayoría.
Y, para quienes aún dudan, el diputado Jorge Soto aclaró que la lucha es absolutamente seria, a pesar de que el morenista Cuauhtémoc Estrada la tildó de “vacilada”. Según Soto, las reformas de Morena no llevan más que a un destino: la destrucción de la democracia tal como la conocemos. Bajo su concepto de “supremacía constitucional”, parecen borrar la idea de que los ciudadanos comunes pudieran tener voz frente a los cambios que surgen del capricho de la mayoría. Soto se animó a llamarlo por lo que es: el primer paso hacia el autoritarismo.
La “Olvidada” Sequía de Chihuahua
Mientras la política sigue su curso frenético, en Chihuahua, la sequía golpea sin misericordia a miles de familias que dependen del campo. El diputado Arturo Medina, desde su trinchera en el PRI, alzó la voz para exigir lo que parece un milagro en esta época: una declaración de emergencia por parte del Gobierno Federal. Medina asegura que esto no es una cuestión de banderas políticas, sino una súplica humana para aliviar la desesperación de miles de agricultores.
“La situación es insostenible”, clamó Medina, remarcando que no es una demanda de partido, sino el grito desesperado de miles de chihuahuenses. A pesar de las solicitudes oficiales y de las votaciones a favor en el Congreso local, el Gobierno Federal parece hacer oídos sordos. Medina insiste: la ayuda estatal y federal es crucial para que los recursos lleguen a quienes tanto los necesitan, especialmente en aquellos municipios de la sierra cuya economía depende casi exclusivamente del campo.
Gastos y Viajes de la Gobernadora: Turismo a Cuenta del Estado
La diputada Leticia Ortega Máynez, de Morena, sin ningún temor a levantar polvo, solicitó al Congreso que se formulen cinco preguntas urgentes sobre los múltiples viajes de la gobernadora María Eugenia Campos Galván, viajes que abarcan destinos tan variados como Miami, San Francisco, Denver y hasta Las Bahamas, en una expedición digna de un embajador global. Ortega asegura que estos desplazamientos, que suman ya 54 días de su agenda, no parecen tener otro resultado que una sospechosa ausencia en el estado que supuestamente dirige.
La diputada Ortega no oculta su escepticismo y cuestiona con astucia el uso de recursos públicos para costear viajes que, a simple vista, no han dejado huella alguna en beneficio del pueblo de Chihuahua. La última travesía de la gobernadora a Taiwán es presentada como un acto de fortalecimiento económico, aunque Ortega insinúa que quizá lo que realmente se fortalece es el pasaporte de la mandataria.
Los destinos incluyen “viajes oficiales” a Europa —donde la gobernadora se paseó por España, Inglaterra y Francia— además de múltiples escapadas a Washington D.C. y otras ciudades estadounidenses. Ortega demanda, en tono incisivo, respuestas claras y contundentes sobre los beneficios tangibles de estas excursiones: ¿acaso se han creado empleos, o han llegado inversiones que justifiquen la travesía? Claro está, exceptuando su reciente incursión en Taiwan. ¿Cuáles son los acuerdos específicos con cada país? Y, quizás más importante aún, ¿quiénes acompañan a la mandataria en estos “compromisos”?
Finalmente, Ortega presiona para que el Congreso obtenga respuestas oficiales, exigiendo transparencia en cada gasto, cada ruta y cada acompañante que se haya incluido en la “comitiva oficial”. Sin más excusas, pide claridad sobre los frutos de estas aventuras, o en su defecto, una explicación de por qué el turismo personal de la gobernadora debe ser patrocinado por el bolsillo de los ciudadanos de Chihuahua.