Revés de Alfredo Chávez a Brenda Ríos

“Revés” de Alfredo Chávez a Brenda Ríos: ¿Realidad o simple teatro político?

Parece que el diputado Alfredo Chávez decidió darle un “golpe maestro” a la diputada Brenda Ríos, quien anda muy entusiasta promoviendo la idea de un supuesto “cártel inmobiliario” en Chihuahua. Claro, porque nada dice más “evidencia sólida” que gritar corrupción sin tener pruebas en la mano, ¿no?

Antes de la sesión del Congreso el jueves 10 de octubre, Chávez, “elegantemente” desechó con un movimiento de muñeca las acusaciones de Ríos. ¿Su argumento? Simple: “No hay evidencia”, así que todo queda en el aire, o mejor dicho, en el imaginario de la diputada morenista.

Pero aquí viene la parte divertida: Chávez no se quedó ahí, ¡no señor! En un giro lleno de ironía política, el legislador aprovechó las perlas soltadas por el exdiputado de Morena, Yako Rodríguez, para redirigir la atención hacia el verdadero problema (según él). ¿El escándalo?, no un “cártel inmobiliario”, sino el manejo del agua en administraciones anteriores, incluyendo los gobiernos de Enrique Peña Nieto y César Duarte.

Aunque no lo dijo, todos entendimos la referencia: la extravagante expansión de tierras de riego en Namiquipa y Riva Palacio, donde las hectáreas bajo riego crecieron de manera milagrosa bajo la mirada atenta (o más bien, desatenta) de Brenda Ríos y su esposo Alex Lebaron, ambos funcionarios durante la época dorada de la corrupción en Conagua y Medio Ambiente.

Y así, de un plumazo, Chávez revivió el viejo truco del “¿y tú, por qué no investigas lo tuyo?”. Según ha acusado Yako Rodríguez, la pareja de oro permitió que en Namiquipa pasaran de 16 mil a 42 mil hectáreas de riego y, en Riva Palacio, de 980 a 9,355 hectáreas. ¿Todo en beneficio de quién? Oh, sorpresa: los siempre discretos y moderados productores menonitas.

Así que mientras Brenda Ríos sigue señalando con el dedo hacia el “cártel inmobiliario”, Alfredo Chávez, en un acto digno de aplauso, decidió devolverle el favor, recordándole a la diputada que tal vez el agua (o más bien, su falta de control) también puede generar riqueza… claro, si uno sabe cómo jugar sus cartas.