Elizabeth Batohory: la vampiresa de la vida real que mató a más de 650 niñas por su sangre

Erzsébet Báthory, también conocida como Elizabeth Bathory o Isabel Bathory, fue una aristócrata húngara del siglo XVI. Su nombre ha quedado grabado en la historia debido a los crímenes brutales que se le atribuyen.

Aquí trataremos un poco de su vida, obsesiones y los oscuros eventos que la convirtieron en un personaje infame.

Orígenes y familia

Erzsébet nació el 7 de agosto de 1560 en Nyírbátor, Hungría. Provenía de una familia poderosa: sus padres, los condes Ana Jorge Báthory, eran primos.

Su educación fue excepcional, y hablaba varios idiomas. A los quince años, se casó con su primo Ferenc Nádasdy en una fastuosa ceremonia con más de 4 mil 500 invitados.

Obsesión por la belleza y crímenes atroces

La leyenda cuenta que Erzsébet cometió sus crímenes en busca de la eterna juventudTorturaba y asesinaba a jóvenes para bañarse en su sangre.

Se dice que más de 650 víctimas sufrieron su sadismo.

Su fama como asesina la ha convertido en un personaje infame en la historia criminal.

Inspiración en la cultura popular

La siniestra historia de la Condesa Sangrienta ha dejado una huella en la cultura popular. Su sadismo ha inspirado películas, obras de teatro, óperas, programas de televisión e incluso videojuegos.

Directores y guionistas han explorado su figura en diversas formas artísticas.

En el ámbito cinematográfico está la película “Inmoral Tales (1973) del director Walerian Borowczyk, donde Erzsébet Báthory aparece como uno de los personajes en una historia coral. La actriz Paloma Picasso interpreta su papel, llevando al espectador a un mundo oscuro y perturbador.

Asimismo, el personaje de la condesa se vuelve uno de los más atractivos en “Coven”, la tercera temporada de la serie de televisión de Ryan Murphy “American Horror Story”, interpretada por Kathy Bates.

Por otro lado, pero no tan a parte, la literatura también ha abordado su leyenda. En novelas y relatos, la Condesa Sangrienta se convierte en un enigma inquietante. Como ejemplo está la novela de la argentina Alejandra Pizarnik, cuya narrativa envuelve y asfixia (en el mejor de los sentidos posibles) a cualquiera que la lea.

Aunque algunos detalles de la historia de Báthory están en constante debate, la figura de la Condesa Sangrienta sigue intrigando y aterrando a quienes escuchan su relato.

Con información de El Imparcial