¿Cómo lavar frutas y verduras para prevenir infecciones o enfermedades estomacales?

Las espinacas, calabacitas, acelgas, entre otras frutas y verduras deben recibir un ‘tratamiento’ riguroso de lavado una vez que llegan a casa, sobre todo si se contempla comerlos crudos.

Pese a la ‘vitalidad’ que puedan mostrar, todo alimento que estuvo en algún mercado o tienda de autoservicio tiene el potencial riesgo de estar contaminado por microorganismos o fertilizantes, por ello se recomienda seguir un protocolo de higiene que ayude a reducir las probabilidades de contagios y enfermedades.

De acuerdo con Glenda Lewis, experta en enfermedades transmitidas por alimentos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés), hay algunas consideraciones que los comensales pueden seguir previo a la compra para evitar adquirir alimentos en mal estado:

  • Elegir productos que no estén golpeados o dañados.
  • Verificar que los productos precortados, es decir rebanadas de sandía, melón, mango, mamey, mango y similares, estén refrigerados o almacenados en un lugar fresco que impida su rápida descomposición por el calor. Asimismo se recomienda no comprar frutas ‘abiertas’ y expuestas a la intemperie.

Una vez que los productos lleguen a casa, es necesario que se desinfecten adecuadamente.

Consejos para lavar y desinfectar correctamente frutas y verduras

Antes de manipular los alimentos es recomendable lavarse las manos durante 20 segundos con agua y jabón.

La FDA comparte algunos pasos para eliminar la suciedad de frutas y verduras de forma segura.

  • Desecha las partes dañadas o golpeadas de los productos antes de preparar y comer. Sin embargo si se trata de hongos, lo más conveniente es desechar por completo el alimento porque las esporas de estos organismos penetran de forma no visible el producto y puede provocar enfermedades.
  • Frota suavemente los alimentos mientras los enjuagas bajo el chorro de agua; puedes utilizar algún jabón o desinfectante suave.
  • Para frutas y verduras como pepino, sandía, jícama, melón o mamey, utiliza una escobilla para limpiar la cáscara. El objetivo es evitar que posibles bacterias se transfieran del cuchillo o pelador durante la manipulación.

De acuerdo con declaraciones para el New York Times de Erin DiCaprio, especialista asistente de extensión cooperativa en seguridad alimentaria comunitaria de la Universidad de California, hay algunas consideraciones que se pueden aplicar en alimentos como las acelgas, espinacas y alimentos con hojas y tallos.

“Si ves suciedad o tierra en tus productos —por ejemplo, en los surcos de un tallo de apio—, sin duda lo mejor es deshacerse de esos residuos” con el lavado bajo el chorro de agua, destaca la experta.

Asimismo no hay que olvidar el lavado minucioso de alimentos que se consumen con cáscara como las manzanas o aquellos a los que se les retira la cascara (sin pelador) como los plátanos, las naranjas, los aguacates, las toronjas, los lichis o las pitayas.

Durante la época de calor es importante que se extremen precauciones en el manejo de alimentos para evitar la propagación de bacterias como E.coli o parásitos.

Con información de El Financiero