Tal y como se adelantó en este espacio, la ruptura de Juan Carlos Loera y Ariadna Montiel es evidente, lo que obedece en gran medida, a que el súper delegado en Chihuahua, ha emprendido una campaña en apoyo a Adán Augusto López, mientras que Ariadna anda convenciendo a todos sus súbditos en las 32 entidades federativas, de que apoyen a la Sheinbaum.
El hecho de que Juan Carlos Loera se sienta respaldado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, le hizo sentir que podía irse por la libre en materia electoral, y le dio la espalda a Ariadna Montiel para apoyar a la ineficiente Claudia Sheinbaum, quien no pudo arreglar el Sistema Metro de la CDMX, pero sí quiere arreglar las broncas del país.
Lo grave para Loera no es echarse a la espalda semejante enemiga, como lo es la rencorosa y vengativa Ariadna “cara de diablo” Montiel, son que Loera encabeza las encuestas de Morena para ocupar una senaduría, pero bajo esa bronca, bien se puede ir olvidando.
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Al diputado priista Omar Bazán, se le vio muy pegadito a los dueños de Movimiento Ciudadano en Chihuahua, Alfredo Lozoya y Francisco Sánchez, por lo que se presume que el priista anda buscando su permanencia en los escenarios políticos bajo nuevos aires, por eso se dejaron fotografiar los tres muy contentos.
A sabiendas que en el tricolor ya no lo quieren y que los panistas y los morenos lo rechazaron, ahora podría buscar un espacio con los naranjas, quienes, para su ventaja, están recortados con la misma tijera.
Siguiendo los pasos de otros apestados políticos dentro de sus partidos de origen, recurre a Movimiento Ciudadano, en donde hay puertas abiertas para todo aquel que tenga lana y pueda respaldar parte de las campañas, aunque en el caso de Omar Bazán, podría ofrecer una muy debilitada y casi inexistente maquinaria política que, a ciencia cierta, ya no le abonaría mucho a los emecistas.
Estos podrían darle alas, pero sólo de dientes para afuera, porque saben muy bien que, Bazán podría llevarles más problemas que beneficios.
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La deficiencia del 911 se ha hecho el pan nuestro de cada día, justo como se pudo ver en Riberas de Sacramento, pues la noche de este jueves un ataque armado dejó gravemente lesionado a un menor de 13 años quien tuvo que ser llevado al hospital por sus propios familiares.
Esto no es un caso aislado, y en esta ocasión, la familia del menor baleado, tuvo que esperar más de media hora para saber que la ambulancia no llegaría, por lo que ellos mismo decidieron llevarlo y no esperar a los paramédicos.
La culpa no es tanto de las ambulancias, ni de Urge ni de la Cruz Roja, sino que todos estos problemas de los tiempos de reacción, emanan de un pésimo sistema de llamadas de emergencia al 911, en donde primero se hacen protocolos estúpidos y engorrosos, antes de que se pueda dar aviso a las corporaciones.
Esta situación pone en riesgo la vida de los ciudadanos, pues en casos de urgencia, los minutos son primordiales, mientras que en el 911 tardan hasta 20 minutos en emitir un solo reporte, porque primero indagan los casos, como si no se tratara de una emergencia sino de un trámite crediticio o algo meramente burocrático.
