Un estudio de la UNAM explora la relación entre el estrés de los dueños y el impacto en sus mascotas
Hermosillo, Sonora. – Tener un perro conlleva muchos beneficios: alegría, amor incondicional, compañía constante e incluso seguridad. Además, su energía contagiosa puede motivarnos a mantenernos en forma con largos paseos y juegos. Sin embargo, también implica una gran responsabilidad. Si vas a adquirir un lomito como mascota, es necesario comprometerte a cuidar su bienestar. Atender sus necesidades básicas no es suficiente, ya que incluso nuestro estrés puede hacerles daño.
La revista UNAM Global, publicada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha compartido información sobre el impacto del estrés en las mascotas, específicamente en los perros. Según Sofía Rodríguez Viniegra, experta en Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, los perros pueden verse muy afectados por nuestro propio estrés. En el artículo, se brindan consejos útiles para evitarlo.
Los perros pueden oler nuestras emociones
Estos animales poseen un extraordinario sentido del olfato que les permite detectar el estado de ánimo de sus dueños, además de ser capaces de reconocer señales no verbales. Según las investigaciones de Rodríguez Viniegra, cuando una persona se encuentra estresada, su cuerpo libera grandes cantidades de cortisol, una hormona asociada al estrés y la ansiedad. A través de su agudo sentido del olfato, los perros tienen la capacidad de detectar este compuesto químico, lo que les permite percibir las emociones negativas de sus dueños y, en consecuencia, contagiarse de ellas.
El exceso de cortisol puede tener repercusiones negativas en la salud humana. Es por ello que resulta fundamental cuidar tanto la salud propia como la de los caninos. Por lo tanto, es de suma importancia priorizar la disminución del estrés en el entorno hogareño y buscar enfoques innovadores para alcanzar este objetivo.
¿Cómo identificar el estrés en los perros?
Existen ciertos comportamientos que manifiestan las mascotas cuando experimentan estrés, y la especialista ha identificado las siguientes conductas: Lloriqueo, rascarse excesivamente, gruñidos, movimientos inquietos, pérdida de apetito y peso, así como irritabilidad.
Según las recomendaciones de Rodríguez Viniegra, si tu perro experimenta estrés, se sugiere tomar las siguientes acciones para mitigar el problema:
- Proporcionarle un entorno tranquilo y sin ruido.
- Interactuar y jugar con él.
- Brindarle caricias.
- Realizar masajes.
- Sacarlo a pasear.
Con información de El Imparcial.
