Valentín Elizalde es toda una leyenda en el país. El cantante es uno de los artistas más recordados del regional mexicano. A poco más de 16 años de su partida aún tiene miles de seguidores que lo siguen recordando con gran cariño. Uno de ellos es su amigo Mario “El Cachorro” Delgado quien cada tanto lo menciona en sus entrevistas.
El cantautor relata cómo paso de vender camas a ser un gran cantante:
Hace un tiempo, el cantautor y productor musical, quien es muy cercano a Valentín Elizalde, terminó confesando cómo paso el interprete de “vender camas” a convertirse en un verdadero emblema de la canción regional. Incluso llegó a revelar la exorbitante suma de dinero que ganaba el gallo de oro en cada una de sus presentaciones, noticia que dejó con la boca abierta a más de uno al enterarse de la enorme cantidad que acumulaba en muy poco tiempo y con una sola presentación.
Aclara que sus inicios fueron muy duros y fue ganando su lugar:
“El Cachorro” Delgado explicó que en sus inicios Valentín Elizalde no tenía ningún disco en su haber pero ya cantaba. “Él comenzó bien jodido su carrera musical, al punto de que en varias oportunidades ni siquiera tenía con qué ir a la escuela. De repente vendía camas, jodido empezó, no viene de familia rica“, agregó. De a poco se fue ganando su lugar en el ambiente hasta llegar a ser, antes de que fuera asesinado a sangre fría, uno de los más aclamados de la dinastía Elizalde y uno de los mejores cantantes regionales.
Un millón y medio de pesos por cada concierto de “El gallo de Oro”:
En pleno apogeo, Valentín Elizalde llegó a cobrar hasta un millón y medio de pesos por palenque. “Se llevaba hasta cuatro millones y medio por semana, porque hacía tres palenques, ese era su sueldo“, llegó a afirmar el padre de Mario Delgado Jr. Pero el sinaloense llegó a recordar además lo extraordinarios que eran los espectáculos que “El Gallo de Oro” brindaba.
Señala su gran talento así como el inmenso amor que el público le tenía:
“Era una cosa increíble“, agregó “El Cachorro” sobre los espectáculos de su amigo Valentín Elizalde.
“De repente ya no podía seguir cantando, porque ya la gente la tenía encima, era un amor, a los 20 minutos a veces, ya no podía seguir porque ya tenía las morras aquí. El micrófono ya no lo podía agarrar porque lo estaban besando”, recordó.
Con información de El Imparcial
